Se abre un nuevo frente en ‘La Última Tentación’. Esta vez entre Mayka y Pablo. A pesar de que la ex pareja llegó con muy buena relación a su encuentro en las playas de República Dominicana incluso llegaron a confirmar que la murciana había intentado volver con Pablo dos veces desde que pusieran fin a su relación en ‘La Isla de las Tentaciones’, siendo la última vez muy reciente.
Y parece que por parte de Pablo la ruptura no está del todo superada por lo que hemos podido ver en la fiesta de cumpleaños de Fani. Mayka estaba con una actitud muy buena con Gonzalo Montoya, con quien a pesar de las palabras que se dedicaron la semana anterior, parece que ha conseguido acercar posturas, algo que Pablo observaba desde la distancia y que no le hacía ninguna gracia.
“No quiero dormir con ella”, le decía Pablo a Estefany viendo la actitud de Mayka con Gonzalo. “A mí me da igual no hacer nada, ni con ella ni con nadie. Pero el tonto tampoco lo voy a hacer. No te quiero meter en un jaleo, simplemente quiero dormir en otro sitio, pero no quiero dormir con ella”, le comentaba Pablo. Estefany y iba directa a preguntar a Mayka qué había pasado entre ellos para que no quisiera dormir juntos y es ahí cuando la murciana iba a pedirle explicaciones a su ex. “¿Qué dices tú de que no quieres dormir conmigo? ¿Qué te he hecho? Si quieres dormir con Stefany…”, le reprochaba.
“Pablo siempre intenta picarme, y yo ya le he pillado el truco que tiene, siempre hace lo mismo”, explicaba Mayka. Después, los dos se iban a la cocina y era ahí donde saltaban el uno con el otro. “¿Te piensas de verdad que me importa que duermas con alguien? Ha sido ella la que me ha preguntado qué pasaba con Pablo. Pero a mí me da igual, yo duermo mejor sola. ¿Te piensas que a mí me importa que duermas tú con alguien? A mí me importa que duerma mi novio, pero ¿tú?”.
Finalmente, tras enterarse de que Estefany prefería no compartir su cama con Pablo, el murciano decidía acostarse en el sofá. Sin embargo parece que Mayka no se quedó a gusto con lo que pasó entre ellos y de madrugada, cuando el resto de compañeros estaban ya en sus camas, decidía bajar al salón a pedirle a Pablo que subiera a dormir en la cama, donde se encontraría más cómodo: “No te voy a dejar aquí durmiendo en el sofá. Ven a la cama y mañana hablamos, no te voy a hacer nada ni te voy a tocar ni nada. Pon cojines o lo que quieras”, le decía. Pablo se limitaba a contestar: “Ya sabía yo”.