Lucía y Manuel recuperan la química: cariñosos juegos en el jacuzzi, confesiones y duermen juntos

Manuel y Lucía no podían ni verse cuando empezó ‘La última tentación’, pero la infidelidad de Isaac ha cambiado por completo su relación. El gaditano se ha convertido en el mayor apoyo de su exnovia en Villa Playa y no se ha separado de ella desde que vio las imágenes de Isaac besando a Bela en el visionado de emergencia.

Durante la fiesta, Manuel y Lucía estuvieron riendo y bailando e incluso le dedicaron un perreo de reconciliación a toda España. En ese momento, el de Cádiz aprovechó para decir que echaba de menos a su exnovia y Jesús, que es su amigo y casualmente pasaba por allí, le dio la razón: “Te pasa algo malo y mata a alguien, siempre lo ha dicho. No te quiere como una novia, pero te quiere”.

Los bajones de Lucía

Lucía combinaba momentos de pasarlo bien y reírse con otros en los que se derrumbaba pensando en Isaac. “Qué vergüenza, qué vergüenza”, le confesó a Manuel mientras lloraba. Pensaba que la gente la iba a “linchar” por lo que le estaba pasando, pero su ex no estaba de acuerdo: “Te has quitado a otro mojón de encima, no llores por alguien que no merece tus lágrimas”.

Manuel le enseña a Lucía dónde tuvo sexo con Fiama

Manuel le fue infiel a Lucía hace un año en Villa Playa y quiso conocer más detalles de la noche de pasión de su ex con Fiama en el baño. “En el vídeo era poco tiempo”, señaló Lucía. “20 minutos”, respondió Manuel.

Además, el gaditano reconoció que, si pudiera dar marcha atrás, no se liaría con Fiama.

La noche más cercana de Manuel y Lucía

Manuel y Lucía recuperaron la complicidad perdida tras la ruptura. Se rieron, se apoyaron e incluso jugaron los dos solos a la botella. “Tienes que comerle el cuello a Manuel”, retó él. Su exnovio no se cortó y lo hizo.

Luego se fueron al jacuzzi, donde siguieron los juegos y los gestos cariñosos. Manuel reconoció estar muy cómodo con su exnovia y ella reconoció que él fue el amor de su vida: “La persona a la que yo más he querido es a ti”.

Pero la herida de Isaac todavía está abierta, y de vez en cuando a Lucía le entraba el bajón y se ponía a llorar. Manuel no se separó de ella ni un momento para reconfortarla e incluso durmieron juntos.