En ‘Sálvame’ arranca ‘La última cena’ rompiendo un mito: el de no sé ni freír un huevo. Ya sea con puntilla o sin ella, esta era la prueba que tenían que hacer los colaboradores de ‘Sálvame’. Los chefs que les vigilarán de cerca reconocían que no es fácil porque a cada persona le gustan de una manera: “Que lo hagan como quieran, es freír un juego libre”, nos decía Sergi Arola.
Lydia Lozano ha sido la encargada de romper el hielo friendo el huevo. Le gustan con la clara blanquita, sin puntilla y con la yema que se pueda mojar, pero las críticas han empezado a la hora de echar el aceite, cuando Patiño gritaba: “¿Con esa cantidad? ¡Qué locos estáis! Tenéis que tener las venas podridas; “Me como el huevo, no me bebo el aceite”, respondía Lydia y se quejaba porque ella no cocina en vitrocerámica. De hecho, se equivocaba de fuego.
Los colaboradores han ido pasando poco a poco por los fogones mientras el programa continuaba haciendo un huevo resalado, otro creativo… Hasta que ha llegado Marta López y Jorge Javier Vázquez ha saltado ante la amenaza del aceite hirviendo.
Finalmente, todos han tenido su evaluación y su nota correspondiente:
Y, en base a este estreno en la cocina, los chefs nos han dado los nombres de los dos primeros cocineros. La primera elegida ha sido Lydia Lozano, que nos advertía que no quería compartir fogones con Antonio Montero porque le pondría a desplumar faisanes. Sin embargo, el elegido ha sido Kiko Matamoros.
Mañana tendrán que hacer la compra para un menú con el que empezamos “suavemente fuertes”, cosas que dominen, con las que estén familiarizados…