Las peores sospechas de Álvaro y de Rosario se hicieron realidad en la segunda hoguera: ambos descubrieron que su pareja les había sido infiel.
Álvaro se sintió un poco descolocado tras ver sus primeras imágenes porque interpretó que Rosario había echado el freno y se estaba alejando del soltero. Pronto comprobó que estaba en un error y que su novia se había acabado por dejar llevar: se besó con Suso durante la fiesta de la purpurina. “Me duele porque son cuatro años de relación. Sinceramente, creo que estamos siendo unos estúpidos los dos. Ella en todo momento ha dicho ‘voy a dejarme llevar, no voy a pensar en él y esta experiencia va a ser para mí”, opinó.
Sandra Barneda no daba crédito a lo que estaba escuchando y se lo hizo saber a Álvaro con un zasca muy sutil: “Te recuerdo que también te has besado con una chica. Después de cuatro años y de estar en vuestro mejor momento… Creo que merece la pena reflexionar”. El de Elche se quedó sorprendido y respondió en voz muy baja: “Mucho, mucho”.
Rosario también tenía claro antes de ver las imágenes de que su chico había sobrepasado los límites, lo que no impidió que se derrumbara al ver a Álvaro besarse apasionadamente con Sabela.
“No quiero parecer hipócrita. Yo también he pasado el límite, pero considero que lo he hecho diferente y él cuando ha hecho esto no sabía que yo había pasado ningún límite. Duele porque llevo muchos años con él”. Pero lo que más la afectó fue recordar un mensaje que su madre le había enviado antes de empezar la aventura de ‘La isla de las tentaciones’ y que decía: “Por favor, quiero que volváis juntos porque quiero a Álvaro como yerno, sé que podéis con esto y con lo que os venga por delante”.
Antes de la hoguera la mayor preocupación de Rosario no era ni su futuro con Álvaro ni el cruce de infidelidades, sino que por sus actos acabase perdiendo a su gata Melocotón. “Si uno de los dos fallaba perdía a Melocotón y se lo llevaba el otro. Yo me muero. Melocotón para mí es un apoyo incondicional, cuando ve que estoy mal viene y me consuela”, contó.