Rubén está en el punto de mira de los solteros desde que se acercó a Lola siendo el único de Villa Montaña en mostrarle apoyo después de su desliz con Carlos. Lucía fue la primera en investigar a la mañana siguiente qué había pasado. Pero pronto el resto de habitantes de la villa se enteraron de lo sucedido y empezaron a tomar partido.
La mayoría estaba en contra de lo que Lola había hecho. Ante sus miradas inquisitorias, se vio obligada a dar explicaciones junto a Carlos y a reconocer que hubo "un mamoneo", tal y como dijo.
Pero Lola no se había atrevido a contar toda la verdad en ese momento. Sin embargo, acabó confesando todo ante la presión que sentía por parte de sus compañeras y los solteros, que dejaron de hablarla.
"No paro de tomar malas decisiones aquí. Siento que me he perdido, que no sé qué narices estoy haciendo con mi vida. No sé porque me no controlo y hago lo primero que se me pasa por la cabeza. Hice cosas con Carlos de las que no estoy orgullosa, quiero que me trague la tierra, me voy a morir de vergüenza", dijo.
A partir de entonces el clima de la villa no cambió. Ahora todos recriminaban que Lola hubiera mentido. Lucía se sinceraba con sus compañeras y con los solteros acerca de lo defraudada que estaba con su amiga. Mientras tanto, Lola sólo encontraba consuelo en Rubén, que se mostró de lo más empático y comprensivo con ella.
Lola no podía más. Tras días sintiéndose juzgada por todos, se derrumbó con sus compañeras pidiéndolas perdón por haber mentido. Lejos de machacarla aún más, decidieron zanjar el asunto. Así que Marina pilló a los solteros por banda y le pidió que los corillos terminasen.
"Aquí todos no somos santos, todos nos podemos equivocar. Ella se ha podido equivocar pero no se merece que nos agrupemos, ni que cada uno se vaya a un lado. Siente que no se puede meter en ninguna conversación porque estamos hablando de ella. Yo soy la primera que ayer hablé porque estaba la cosa caliente. Pero, por favor, ya está", argumentó.
Lola empezaba entonces a justificar su acercamiento con Rubén, del que muchos también habían comentado. El soltero le dijo que no lo hiciera porque no debía explicaciones a nadie. Pero además aprovechó para enfrentarse a sus compañeros por las críticas que notaba sobre sus hombros.
"Aquí no somos tontos. Yo tengo que estar pasando por aquí y he notado silencio. A veces que me he sentido súper incómodo. Que me juzguéis me da igual porque no tenéis ni p*** idea de cómo soy", les espetó.