En la última hoguera de chicas que pudimos ver, Gal·la llegaba muy tranquila, diciendo incluso que de sus compañeras, ella era la que menos preocupada estaba por lo que su novio pudiera estar haciendo en Villa Playa. Sin embargo, tras ver las imágenes que el programa tenía preparadas para ella, la cosa dio un giro de ciento ochenta grados.
Gal·la sufrió el primer platón que hemos vivido en una Hoguera de Confrontación y tras esto, ella tomaba la decisión de dejarse llevar, empezar a disfruta de esta aventura y sobre todo conocer más a fondo a Miguel, el soltero que cree que puede convertirse en una tentación para ella.
Aunque más que creer, lo ha podido comprobar. Miguel le preguntaba si se quería ir ya a dormir, aunque ella se hacía la remolona. Tras un rato de mimos en el sofá, en el que ella reconocía no ser tan cariñosa como él, los dos se iban hacia el dormitorio de ella. Gal·la tiene muy claro que quiere dejarse llevar con él, pero prefiere hacerlo en la intimidad de su habitación. Una vez allí, los dos se dejaban llevar bajos las sábanas dejando poco margen a la imaginación para saber lo que estaban haciendo.
Ya por la mañana, era el momento de contar a las chicas todo lo ocurrido la noche anterior. Zoe le comentaba a Gal·la que había tenido un sueño premonitorio y había soñado con lo que había pasado en su habitación. Gal·la le contaba que bajo las sábanas no había ocurrido lo que pensaba. Zoe zanjaba el tema siendo un poco más explícita: “Manualidades y ya”.