Alejandro está sufriendo mucho en ‘La isla de las tentaciones 4’. La última hoguera fue especialmente dura para él porque las palabras de Tania le hicieron darse cuenta de que podía perderla para siempre. No entendía qué imágenes había visto ella para estar tan decepcionada y por eso acabó derrumbándose.
Su ataque de nervios le hizo romper a llorar y salir corriendo de la hoguera. No podía soportar el dolor por estar separado de Tania y, pese a que sus compañeros y Sandra Barneda intentaron que se calmara, no lo logró. La presentadora también se echó a llorar en esos durísimos momentos, unos de los más complicados que recordamos. Según contó la propia Sandra Barneda, la situación le afectó tanto que tuvieron que detener la grabación porque le dio una llorera incontrolable.
Poco después continuaron con la hoguera, pero esta vez sin Alejandro. Todos sus compañeros estuvieron de acuerdo en que debían darle todo su apoyo en esos durísimos momentos.
De vuelta en la villa, Alejandro siguió sufriendo y llorando por Tania. Josué durmió con él esa noche para darle su cariño y comprensión, pero por la mañana él seguía muy afectado. No quería levantarse de la cama ni ir con sus compañeros, por mucho que ellos iban a buscarle e intentaban echarle una mano.
Solo la visita de Sandra Barneda consiguió que Alejandro saliera. La presentadora quiso saber cómo se encontraba y él fue muy sincero: “Yo no estoy, estoy bloqueado. Me ha dado muy fuerte. Me he levantado y no paraba de pensar que la había perdido”.
Alejandro también quiso pedirle perdón a la presentadora por su comportamiento en la hoguera: “Te pido disculpas por la manera en que me puse, pero es que no lo puedo controlar. No sé, no soy yo. Te hago pasar un mal rato, yo sé que tú eres persona y no quiero ponerme así, pero es que me nace”, le dijo, entre lágrimas.
Mientras le escuchaba, Sandra Barneda tampoco pudo contener la emoción: “No me pidas disculpas, por favor, estoy aquí para ayudaros. Sé que lo estás pasando muy mal”. Luego se levantó y se puso al lado del novio de Tania para darle un reconfortante abrazo: “Necesito que estés tranquilo”.