Ana y Cristian han protagonizado la que ha sido la primera hoguera de emergencia en la historia de ‘La isla de las tentaciones’. Las tórridas imágenes que Cristian protagonizó junto a María de los Ángeles hicieron que la murciana estuviera a punto de abandonar el programa. Salió huyendo de su hoguera y volvió a Villa Playa para hacer sus maletas.
Después de tranquilizarla, Sandra Barneda le ofreció un cara a cara con él al que, finalmente y tras muchas dudas, decidió acudir. Ambos se reencontraron y pudieron ver juntos todas las imágenes.
Cristian intentó explicar por qué sus actos no habían sido tan graves: decía haber pensado mucho en su novia y haber sabido frenar. Unos argumentos que Ana no lograba comprender. Él terminaba disculpándose y ella se rompía ante la tensión del momento.
Llegaba el momento de tomar una decisión. Cristian pedía una segunda oportunidad: “Lo único que puedo hacer es volver a mi villa y que vea con sus propios ojos que la respeto, que no volverá a pasar y que la quiero con locura”.
Todo quedaba así en manos de Ana: “Después de todo lo que he visto de él, estoy súper decepcionada. Es verdad que dice que se arrepiente, que me quiere… Para mí va a ser muy difícil olvidar todo lo que he visto. Si fuera al revés, para ti también lo sería”, comenzaba mientras el asentía.
Ana decidía comprobar una vez más hasta dónde podía llegar su novio y si todo lo que le había dicho en la hoguera era real: “Vuelvo a la villa”. Él le cogía de las manos y ella le advertía: “Como me falles más… Ya puedes cortar el rollo”.
Después de comunicar su decisión, Ana ha querido sacar a relucir lo que hasta ahora ha aprendido de esta experiencia: “He conocido una Ana que no me imaginaba. Dependía de él de una manera brutal. Estoy conociendo una Ana que me encanta, estoy siendo yo, estoy siendo súper fuerte. Veo que no se acaba el mundo si no está conmigo”.
Ha sido entonces cuando la presentadora le ha preguntado si se ve capaz de perdonar a Cristian: “No lo sé, tengo que ver una actitud muy diferente a la que he visto, pero está muy jodid*”. Él insistía una vez en que la quería y ella le lanzaba una advertencia: “A ver si aprendes a valorarme un poquito más”.
Antes de marcharse, Cristian le pedía un beso. Ella no era capaz de mirarle a la cara y finalmente le rechazaba: “No me sale”. Él le daba un abrazo y varios besos en la mejilla y abandonaba la hoguera para volver a su villa.