Por primera vez en ‘La isla de las tentaciones’, el ‘destierro’ llegaba a Villa Playa. Sandra Barneda aparecía por sorpresa para comunicar a los solteros el poder que tenían en sus manos. Los tentadores eligieron a Claudia para que abandonara por un día la villa, pero esta decisión traía sorpresa. La novia de Javi pudo elegir con qué chico pasarlo y compartió su ‘destierro’ con Álvaro Boix.
Después de pasar 24 horas juntos fuera de la villa, ambos regresaban con el resto de sus compañeros, pero lo hacían de una manera diferente. El ‘destierro’ había supuesto un antes y un después para Claudia, que se encontraba mucho mejor. Tanto, que incluso tomaba la decisión de no ver imágenes de Javi en la hoguera para evitar que le influenciaran.
Desde su regreso, Claudia y Álvaro parecen estar más cerca que nunca. Cuando ella ya iba a irse a la cama, él la cogía de la mano y se dirigía a su habitación pidiendo permiso. “Sí, sí, pasa”, le decía ella, comenzaban así una ronda de confesiones en la cama que terminaba con un poquito de crema en la piel quemada del tentador.
Su rato de charla dio para mucho y, tras las confesiones que se hicieron, Claudia compartía cómo se sentía con el equipo del programa: “Esta noche he estado súper a gusto con Álvaro, he visto un Álvaro que me gusta mucho. Me divierto, me distraigo, soy yo misma, así que voy a seguir así, disfrutando”.
Fue en la hora de la siesta y ante la mirada de casi toda la villa, cuando Claudia y Álvaro protagonizaron en el sofá una de sus escenas más cariñosas. “Me apetece un poco de ti”, le decía él mientras se abrazaban y ella le hacía cosquillitas.
Aprovechando el momento de comodidad, Álvaro le preguntaba si iba a querer una cita de 24 horas con él: “Sí, le prometí a Javi que no la iba a dar, pero me apetece”, comenzaba. Y, de nuevo, le hacía una importante confesión: “Podría vivir así”.