Las contradicciones sobre la posible vacuna contra el coronavirus no cesan. Desde que podría estar para este otoño, hasta que no será una realidad hasta 2022. Nunca antes se habían destinado tantos medios, tantos fondos, para una vacuna concreta.
El problema en esta disputa por ser los primeros en encontrar la vacuna son los efectos adversos, que ya han visto la luz y que están produciendo que muchos laboratorios aceleren la carrera por ser los primeros en tenerla disponible para la población.
Precisamente en el laboratorio de AstraZeneca trabaja el español Carlos Estévez Fraga, subinvestigador de la vacuna de Oxford y neurólogo del University College de Londres, que se ha mostrado muy claro sobre este problema: “No se sabe la naturaleza de este efecto adverso, no es buena noticia, pero cuando se reclutan más 50.000 pacientes es esperable. Se espera que el ensayo de la universidad de Oxford termine el verano que viene”.