Guía para padres que no saben qué hacer con sus hijos enganchados al móvil y la red en la habitación
Silvia Barrera Ibáñez, inspectora de policía, da claves a los padres para superar el reto
El móvil, la tablet o internet no son un juguete y los riesgos en su mundo son reales
Hay que restringir el círculo de contactos, poner filtros parentales y controlar sin espiar
"No tengo tiempo", "no sé nada de Internet", "los juegos son inofensivos", "mientras esté en la casa con el móvil", "las herramientas de control parental... son algunas de las frases contra las que lucha a diario dentro de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía, Silvia Barrera Ibáñez, inspectora de policía, máster en Seguridad Informática y experta en investigación de cibercrimen.
De hecho, acaba de publicar un libro de obligada lectura en las casas titulado 'Nuestros hijos en la red: 50 cosas que debemos saber para una buena prevención digital' (Plataforma Editorial). Las desgranaremos de forma escueta, pero antes, Silvia deja claro "la responsabilidad de los padres a la hora de controlar lo que ven los hijos y su relación con las redes sociales". Para ello la supervisión es fundamental y en ella la confianza, clave. Prohibir no conduce a nada, pero hacer tabla rasa en delegar nuestra responsabilidad tampoco.
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El móvil, la tablet o internet no son un juguete. Por eso, la edad a la que acceden los hijos es vital. Teniendo en cuenta que los smartphone se han convertido en regalos estrella a los 12 años, con un incremento de ventas a esta edad del 35% y que a los 13 los jóvenes ya campan a sus anchas por las redes, poner límites y alerta de los peligros es una obligación.
"Limitar el tiempo de exposición es clave para no tener a los hijos encerrados en la habitación con internet y el móvil. A la hora de comprarlos hay que establecer antes unas reglas, el tiempo que se va a usar y dónde, y también dejar claro que en el aparato se instalan elementos de control. Si se lo decimos antes de que lo usen y como condición previa tendremos mucho ganado. Por ejemplo, nada de usarlo comiendo o cenando o encerrado en el cuarto", destaca la experta que ve cara a cara los efectos de no firmar un 'contrato' con los hijos. Se paga caro.
Silvia vive con sus sobrinos de 11 y 13 años esta realidad. Y no es fácil, pero ella intenta que estas normas que considera vitales para evitar los problemas que ella lidia todos los días se cumplan. Lo ideal es retrasar lo más posible tener el móvil, pero si no se puede, los límites deben ser claros porque hablamos de un riesgo real: robos, timos, problemas de desarrollo emocional, sexting, abusos Por eso los padres deben ser un ejemplo en el uso también del móvil, Los niños imitan. Y si tenemos dudas, estos datos nos harán despertar: el 56% de los niños entre 9 y 10 años y el 88% de entre 11 y 12 años tiene un perfil en una red social.
Esas fotos de los hijos en las redes hechas con todo el amor son un arma de doble filo
La sobreexposición es un problema y los padres deben entender que esas fotos de los hijos en las redes hechas con todo el amor son un arma de doble filo porque dejamos una identidad digital que estará ahí para siempre. Y en un mundo donde el futuro trabajo puede depender de lo que digan de uno en las redes, pocas bromas. De hecho, en un futuro los hijos podrían demandar a los padres por el uso de su imagen. No son estos los únicos peligros, sino también la relación que se establece en las relaciones de los jóvenes y los móviles. Cada vez se ven más relaciones de control, de dominio, de chantaje emocional... y eso puede acabar de la forma más trágica posible.
Lo que los padres puede que no sepan es que la dopamina que genera estar enganchado al móvil y las redes crean generaciones de tecnodependientes. ¿Cómo comprobar esta realidad? Nuestro hijo se despierta y va directo al móvil, se enfadan o deprimen si no les responden de forma inmediata...
Eso por no hablar, confirma Silvia, "de depender emocionalmente de un like, del impacto de un selfie (cada día más peligrosos costando incluso vidas), y de depender en exceso de gratificaciones externas que de no lograrse provocan problemas de ansiedad, depresión e incluso problemas alimenticios"
De hecho Silvia no podrá olvidar nunca su primer caso investigando blogs en los que había perfiles que apostaban por la bulimia y la anorexia como metas a lograr, había hasta 'influencer' del tema. "Aún recuerdo algunas niñas, su estado físico y me preguntaba cómo los padres no se dieron cuenta de que algo fallaba". Ese caso la marcó, aunque reconozca que entró en este mundo como algo accidental. Le vio futuro.
Es cierto que muchos padres se encuentran desamparados ante la velocidad de los acontecimientos y que muchas veces los jóvenes sortean hasta las app de control parental, tal es el dominio que adquieren de la tecnología, pero esta guía de soluciones prácticas puede ayudarles.
¿A qué edad debo comprar un móvil?
Las estadísticas señalan que los padres españoles compran un móvil a los doce años. No eres un padre raro, de hecho, un 23% de niños de 10 años tienen móvil. La clave es saber qué móvil se compra, si es solo para llamadas y también controlar y limitar su uso. Si no, mejor sin móvil.
¿Control o supervisión?
Establece un clima de confianza. Hay que dejar claro a nuestro hijo antes de que empiece a usar móvil o navegar por redes los riesgos que corre. Si no dejamos que vayan solo por el parque, el mundo en el que van a entrar no es menos peligroso. Como en la vida real hay que vigilar con quién se junta, qué hacen y avisarles de los peligros.
¿Qué es lo primero que hay que hacer?
Hay que restringir el círculo de contactos, advertir que los juegos gratis pueden tener trampa y que hay cibervillanos. Hay que instalar sistema antimalware llamados antivirus y actualizarlos. Los perfiles en las redes deben tener los mayores filtros de privacidad.
Hay que instalar filtros parentales, y evitar que nuestros hijos establezcan contacto con gente que no conocen en los chat de videojuegos, medio preferido de los ciberdepredadores. Y eso ellos lo tienen que saber y dejarnos ser, si quieren tener móvil y acceso a las redes, los primeros catadores de videojuegos. Las contraseñas deben ser seguras y nunca deben ser puestas por nuestros hijos. Tampoco debemos permitir que acceder a la red conectándose a wifis no seguras ni que usen los dispositivos de personas que no conozcan. Y hay que tener en cuenta que nuestro hijo no puede legalmente ceder sus datos personales hasta los 14 años y para tener un canal en youtube deben tener 13.
¿Qué trucos nos pueden ayudar a la hora de crear el perfil en las redes sociales?
Elegir una imagen para sus perfiles que no sea de ellos es bueno, así como el uso de un pseudónimo que nosotros hemos pactado antes. En la descripción los textos deben ser imaginativos y genéricos, que no aporten datos concretos. A la hora de crear una cuenta de correo, más peligrosas de lo que se cree, lo ideal es crear una cuenta familiar. No debemos nunca acudir a aplicaciones piratas o redes de P2P.
¿Qué consejos debemos darlos?
No deben anotar datos personales en ningún archivo, no deben aceptar ofrecimientos ni regalos por internet, y tendrán que huir del pruébalo gratis y verás. Nuestros hijos deben saber que existen keyloggers que recoge las pulsaciones del teclado que pueden ser usadas para copiar contraseñas. Es vital que nos digan si alguien les ha pedido fotos y vídeos para que nosotros aprobemos el intercambio. Pero hay que lograrlo haciéndole ver los riesgos, por ejemplo, quedar en lugares apartados, mandar fotos para un casting, cursos de belleza, falsos nutricionistas...puede arruinarles la vida si topan con un criminal.
¿Qué pistas nos da un móvil de un posible hackeo?
Si se calienta mucho, consume más batería de lo normal, se ralentiza o bloquea, ejecuta procesos por sí solo, emergen ventanas de publicidad, recibe mensajes de servicios que no hemos adquirido, pueden ser pistas que indican que algo no va bien.
¿Qué es el egosurfing?
Navegar sobre uno mismo. Dedicar un tiempo a ver lo que han publicado nuestros hijos en la red o supervisando su imagen digital es tiempo bien empleado.
¿Cuánto tiempo le dejo con el móvil?
El 83,5% de los jóvenes entre 14 y 16 años reconocen que hacen un uso intensivo del móvil y que eso provoca el 40% de las discusiones familiares. Los expertos recomiendan 30 minutos, todo un reto. Pero lo vital es el pacto con el hijo. Los estudios demuestran que eliminar el móvil, por ejemplo, de los colegios duplica el ciberacoso fuera. Toca pactar pero llevarlo a rajatabla.
¿Cómo evitar que nos graben sin saberlo?
Lo primero es tapar las cámaras de todos los monitores. Hay pegatinas especiales para hacerlo, instalar un buen firewall y no abrir enlaces sospechosos.
¿Cuáles son las apps que debemos vigilar?
Todo si se usa bien es positivo. Si no, negativo. Pero los padres deben estar encima de estas: Yellow (los menores exponen su imagen), Snapchat (permite enviar vídeos y fotos, alto riesgo), Tumblr, Ask.fm (Permite por su funcionamiento comportamientos de bullying), Pinterest (las pizarras son públicas),ThisCrush (el registro ultrarápido y el anonimato son un riesgo), OoVoo (la preferida de los depredadores sexuales).
No es este un tema para tomarse a la ligera. Los delitos cibernéticos aumentan año a año y nuestros hijos son un objetivo. Los tiempos han cambiado y para muchos de ellos la calle ahora es la red. ¿Les dejarías ir solos por la noche en la calle siendo menores o muy jóvenes? Nadie lo cree. Pues en la red, bien lo sabe Silvia hay mucha oscuridad. Por eso su guía, práctica como pocas, debería estar en nuestra mesilla de noche. Mientras nuestro hijo, es de esperar, no está a horas que no debe enganchado a la red o al móvil en su cuarto. Para eso, al igual que para salir, debe haber toque de queda.