Una mala postura te afecta desde la cabeza a los pies: dolor de mandíbula y fatiga, entre las dolencias más desconocidas
Una mala postura causa tensión en músculos y puede atrofiar la columna
La cabeza ha de estar erguida y los hombros alineados con las caderas
Puedes corregir la postura fácilmente en tres sencillos pasos
Da igual si pasamos la mayor parte del día de pie o sentados, nuestra postura afecta al resto del cuerpo. Adoptar una mala posición de manera repetida puede causarnos dolor desde la cabeza hasta los pies, llegando incluso a causarnos lesiones inconscientemente. Además, a largo plazo, puede traernos problemas en la columna vertebral como la hipercifosis. Cambiarla es posible, aunque al principio pasa por recordarte a ti mismo continuamente cómo colocarte. Te contamos cómo hacerlo.
La base de toda buena postura es la columna vertebral. Tendemos a pensar que, por estar sentados o en la cama, nos estamos colocando bien, pero esto no siempre es así. El estrés, el sedentarismo o los hábitos que a veces nacen de otras dolencias, pueden llevarnos a sentarnos de manera errónea y eso, a larga, dispara el riesgo de sufrir molestias, que pueden ser de muchos tipos:
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- Dolores de cabeza por la tensión de músculos en la parte posterior de la cabeza y el cuello. Incluso se dan dolencias en la mandíbula que llevan, asimismo, a la cefalea.
- Afecciones como artritis o hernias que afloran por la tensión y la rigidez en la espalda.
- Debilidad o falta de equilibrio por dolencias en rodilla, cadera y pies. “La falta de flexibilidad y la mala alineación de las caderas, las rodillas y los pies pueden impedir que la rótula (patela) se deslice suavemente sobre el fémur. La fricción resultante puede provocar irritación y dolor en la parte delantera de la rodilla, una afección conocida como dolor patelofemoral”, explican desde Mayo Clinic. Esto, a su vez, puede causar una fascitis plantar, que provoca molestia en el talón, entre otros problemas que afectarán a los pies.
- Pinzamiento en los hombros por irritación de los tendones. La práctica frecuente de ir encorvados deriva a la larga en desgarros y lesiones que, en última instancia, causan dolor y debilidad.
- Fatiga por presión en la caja torácica y compresión del diafragma.
Cómo corregir la postura
Nuestra columna tiene, en resumidas cuentas, tres partes: cuello, espalda y parte baja de la espalda. La clave está en alinearlas, pero sin favorecer que una de ellas aumente. Un síntoma de ello sería, la chepa. Recuérdate siempre lo siguiente: “Cabeza erguida y hombros alineados con las caderas”.
Un truco para corregir la postura es colocarte contra la pared, de espaldas, "de tal manera que la cabeza, los omóplatos y los glúteos toquen la pared, y los talones estén a una distancia de 5 a 10 centímetros", recomiendan desde Mayo Clinic. A continuación, tendrías que deslizar una mano entre la pared y la parte baja de la espalda, para comprobar que se produce una pequeña curvatura.
Esto te dirá si te estás colocando bien. Si tu mano cabe de sobra, es decir, si tienes mucha curvatura en la parte inferior de la espalda, entonces tendrás que meter ligeramente el ombligo para corregirla. Si, por el contrario, notas que apenas hay espacio entre espalda y pared, procura arquear la espalda para colocarte más recto.
Para asegurarte de que te mantienes después de separarte de la pared, buena a pasearte unos minutos intentando seguir en la postura correcta y acércate posteriormente a la pared para comprobar que nada ha cambiado. Pasarás un tiempo repitiéndote en tu cabeza “colócate”, pero a la larga lo harás de manera inconsciente.