El Defensor del Pueblo plantea a Illa que los niños puedan salir a la calle de manera "limitada"
"De manera controlada, tal y como ya sucede en algunos países de nuestro entorno"
No aguantan más. Almudena, una niña de A Coruña, lo pide a gritos en una carta al Presidente del Gobierno: “Señor Sánchez, quiero volver a hacer deporte y ver a mis amigas”. Como ella son muchos los niños que, al igual que sus padres, están ansiosos por salir a la calle.
El Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, ha planteado al ministro de Sanidad, Salvador Illa, la posibilidad de que los niños españoles puedan salir a la calle de forma "limitada en el espacio y el tiempo" y tomando las debidas precauciones, relajando así para la infancia las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno durante el Estado de Alarma por la pandemia del coronavirus.
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"Aunque aprecia positivamente la eficacia que está demostrando la restricción de movimientos de los ciudadanos para el objetivo prioritario de detener la epidemia, la Institución cree que, en la medida en que sea posible y si no hay objeciones técnicas, debería permitirse algún tipo de salida de los menores con sus padres, aún limitada en el espacio y el tiempo, de manera controlada, tal y como ya sucede en algunos países de nuestro entorno", ha subrayado el Defensor del Pueblo en un comunicado.
Así se lo ha trasladado la institución al ministro de Sanidad, después de haber recibido comunicaciones de "numerosos ciudadanos" en las que mostraban su "preocupación por la salud física y mental de los niños y niñas" durante el confinamiento, especialmente al mantenerse las medidas excepcionales "durante un periodo dilatado de tiempo".
"El Defensor comprende y comparte esta preocupación por la salud física y mental de los niños y niñas que le trasladan numerosos ciudadanos", ha subrayado la institución. Además, ha puesto de relieve las "muy difíciles condiciones de convivencia" para los menores y sus familias "cuando el número de miembros de la unidad familiar es alto y las viviendas reducidas".
El gran inconveniente, no hay suficientes mascarillas para tantos niños. Por eso, voluntarios precavidos ya están adaptando los diseños de mascarillas de tela en cosas más alegres y cómodas pero igualmente efectivas que se convertirán en un complemento más para ellos.