El cuento de una niña de 8 años sobre el coronavirus: "La Tierra obligó al mundo a detenerse"
En el relato, una abuela cuenta a su nieta lo ocurrido
La narración sucede en 2070
La niña tiene una discapacidad visual grave
"Teníamos demasiadas cosas materiales y no valorábamos lo importante", cuenta Nayara Granados a su nieta en marzo de 2070, según el relato sobre el coronavirus que ha publicado la niña, de ahora solo ocho. La pequeña, que tiene discapacidad visual grave de la localidad granadina de Algarinejo, narra cómo una abuela, que es ella misma, explica a su nieta qué fue la pandemia que sufrió España 50 años atrás.
En el relato, la niña le pide a su abuela que le cuente qué fue aquello del coronavirus y por qué no podía salir de su casa cuando tenía ocho años, por lo que la protagonista describe el estado de alarma como un tiempo en el que "tienes que hacer caso a las órdenes del Gobierno por algo terrorífico" y a continuación explica que "la Tierra obligó al mundo a detenerse" y que los vecinos tenían miedo a lo desconocido, a la incertidumbre y a contagiar a los demás.
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"Teníamos demasiadas cosas materiales y no valorábamos lo importante", cuenta la abuela a su nieta, quien reconoce que vivió "meses muy duros" en los que solo podía escuchar a sus abuelos por teléfono, leer y escuchar música.
Como conclusión, el cuento subraya cómo la pandemia sirvió para que las personas se centraran en lo valioso que es la vida y en los buenos momentos de las cosas simples, la importancia de un abrazo o el contacto con las personas. "Cuando yo tenga nietos les contaré que mi abuela luchó y resistió a todos los obstáculos del coronavirus", termina el cuento.
La idea del cuento
La idea surgió de ella "por ser como es", explica su madre María Carmen Sánchez. Muy apegada siempre a sus abuelos, que viven en Priego de Córdoba, Nayara se puso a escribir sobre el papel describiendo cómo contaría ella misma a su nieta lo que está viviendo durante el confinamiento de estas semanas.
Nayara Granados es alumna de 3º de Primaria en el colegio Andrés Manjón de Algarinejo, en el poniente granadino, a donde acuden alumnos de Infantil, Primaria y 1º y 2º de la ESO de distintas pedanías de la comarca. La niña nació con solo un kilo de peso, prematura a los seis meses, y con problemas en el cerebro que deterioraron gravemente su visión.
"Es una luchadora incansable contra todos los obstáculos que la vida le pone por delante por muy duros que sean --subraya su madre--. Para mí es como un ángel del cielo que brilla más en su intensidad. Es una niña muy sentimental, es tierna y es feliz con cualquier cosa. Cada día nos demuestra cosas y nos hace ver el mundo de otra manera. Ella con un simple abrazo es más feliz que muchas niñas con muchas muñecas", afirma.
Los padres de Nayara tienen un trabajo temporal en un molino de aceituna aunque el confinamiento les ha tocado en casa sin trabajo, así que pasan todo el tiempo con su hija y su otro hijo Ángel, que también sale en el cuento. "Nos ha utilizado a toda la familia", bromea Sánchez.
"Es todo un ejemplo"
Su maestra de la ONCE, Verónica Rodríguez, comparte la opinión de la madre respecto a la sensibilidad especial de su alumna. "Lee mucho, escribe mucho y siempre tiene los deberes a punto para cuando haya que entregarlos. Es todo un ejemplo", reconoce. Rodríguez, que atiende las necesidades de alumnos ciegos o con discapacidad visual grave de Huétor-Tajar, Loja, Montefrío y Granada, y forma parte del equipo de Atención Educativa de la ONCE en Granada, destaca la madurez de su alumna para su edad y las dificultades de visión que tiene.
"Aprovecha muy bien su resto visual, tiene buenas estrategias y compensa muy bien esas dificultades. Tanto que parece que ve más de lo que ve --afirma--. Es una niña maravillosa, y trabajadora, muy linda, muy buena compañera. Yo estoy 'encantaíca' con ella. Muchas veces muestra más fuerza y más madurez que los adultos que le rodean como demuestra el cuento que ha escrito", concluye Verónica.
En Granada, la ONCE atiende a un total de 181 alumnos ciegos o con discapacidad visual grave de toda la provincia, a través de los 25 profesionales, doce de ellos maestros.