Gran Hermano, en directo: a tope con la prueba
Descubre aquí la última hora de la casa de Gran Hermano.
Luchar por el Big Bro
Laura y Manu están a punto de dormirse mientras Ruvens y Óscar se van a conspirar al baño.
Cuando vuelven, ponen en común sus maquinaciones. Tienen claro que no saben qué hay que hacer para ganarse el Big Bro, pero van a intentarlo todo. Vestirse más veces de pájaro, hacer más veces el cuco y estar más tiempo en la prueba. Hasta se plantean contar una milonga en la que les han hecho un parón nocturno y por eso ahora van a estar un ratito más de lo que les corresponde. "Lo que hay que intentar es hacer de todo un poco más que el resto para cuadrar", les dice Ruvens.
Óscar y Ruvens se quedan hablando de como un grupo grande de personas se suele dividir en dos. Opinan que en su caso "está guay porque no hay ningún líder". Ni en su habitación ni en la rosa, dicen.
Después vuelven a su trampita. Ruvens calcula que en total han hecho unos 25 minutos de más. "Pero tenemos que decírselo a la audiencia y a Edi", dice Ruvens. "Y a Juan", dice Laura. Ruvens cree que sí, "porque si no, se va a enfadar". "Pero si se lo decimos a Juan, se lo decimos a todos", dice Laura, Pero al tiempo le parece que Juan y Violeta no lo van a ver bien. Y también cree que si se lo dicen a Violeta, ella se lo va a contar a Jorge. "Por eso no sé lo que hacer", dice Ruvens.
Lo que sí tiene claro es decírselo a la audiencia y también tiene claro que "esto no son trampas, es que nos han pute*** mucho esta mañana"
No os durmáis
Empiezan a decaer los ánimos y Ruvens les dice que tienen que ponerse a hablar porque aún les queda una hora y pico de turno.
Ruvens habla de lo que esperan de la gala de hoy y cuando llegan a las nominaciones, se quedan en las nominaciones. Ruvens va a ir a por el matrimonio, no había duda. Pero Óscar se tapa los oídos, dice que no quiere oír las nominaciones de Ruvens para no poder formar parte de ninguna estrategia. Además lo tiene claro: "cambiar una melliza por otra".
La imaginación
Ruvens les habla de GH la Revuelta y se imagina que después de Reyes les vuelvan a meter a todos en la casa. Todos, todos. Con Maite y Elsa. Óscar se imagina esquivando las perchas.
Se resuelve la apuesta
Ruvens insiste que o friegan, o se la cargan. Óscar protesta, lleva toda la noche fregando y asegura que tiene las manos llenas de yagas. Le dice a Laura que ha perdido la apuesta y tiene que asumirlo. Pero Laura le contesta que ella no ha llegado a apostar y además dice también que ella ha jugado (a la apuesta que dice que no ha hecho) con el pollo rosa que le ha dado Óscar, así que opina que ha perdido Óscar. Bueno, que no piensa fregar.
Al final van Ruvens y Óscar y Laura se queda con Manu en el sofá, que le toma el pelo y le dice que se va a quedar sin turno de noche: "a mí no me quita el turno de noche ni Dios", dice Laura recostándose en el sofá.
"No es justo, ha perdido ella", protesta Óscar en el fregadero. De repente se dan cuenta de que son y media y Manu se viste a todo correr para salir a hacer el cuco.
Las pruebas del delito
Óscar les recuerda que ahora tienen que eliminar todos los restos y pruebas del delito: las patatas fritas y todo lo que lleven comido en el turno de noche. Lo que no saben es que Silvia ya había previsto que por la noche entra hambre y se encargó de que no estuviera a la vista la comida más preciada.
El caso es que ellos no lo saben y ahora tienen que fregar y recoger todo y aquí no ha pasado nada. Y como nadie quiere fregar, se lo juegan a una carrera de pollos. Cada pollo va para un lado menos en línea recta, aunque por unanimidad parece que el más desorientado es el pollo rosa. El de Laura. "Yo no voy a fregar", asegura Laura abandonando la carrera de pollos.
Quién puede estar viendo el 24 ahora
Se están poniendo las botas con lo que tienen, que es el pan a medio hacer con aceite y sal. Piensan que nadie les puede estar viendo ahora, pero Manu opina que hay gente que lo tiene puesto de fondo. ¡Y no tan de fondo!
El pan
Laura ha vuelto a los tarareos. Ruvens pregunta a Óscar si sabe cuándo está hecho el pan que tiene en el horno. Óscar no sabe, pero sospecha que igual el horno está muy alto. "Bájalo a 180. Se tiene que hacer por dentro", le dice. Ruvens prefiere sacarlo ya: "quien no hace, no falla", dice ante las posibles críticas que aún no han llegado. Sacan el pan, lo prueban y deciden que le falta un poco. Adentro otra vez.
La noche es suya
Se sientan los cuatro a comer las patatas fritas y consiguen que Laura deje de tararear. Manu comenta que se está genial en la casa. Es más, dice que nunca había estado así desde que entraron. Ruvens está de acuerdo y dicen los cuatro que el turno de noche es suyo. Ruvens informa: sólo salen de vez en cuando Violeta para hacer pis y otra persona de la que Ruvens hace imitación. Es alguien que sale del dormitorio caminando despacio, arrastrando los pies y encorvado de hombros, con el cuello caído y la barbilla casi tocando el esternón. Todos reconocen a Javi.
Van a dar y media y lo llevan muy bien medido. Manu se viste de cuco y sale bajo la lluvia a cantar la hora en el reloj del jardín. Óscar y Ruvens hacen carreras de pollitos en la mesa de la cocina. Pero los pollitos no caminan en línea recta precisamente.
Laura le dice a Ruvens que ponga el reloj a y 39. "Lo voy a poner a y 40 por si preguntan", dice. Pero cuando va al reloj se confunde con el 8 y el 9 de menos 20 y menos cuarto y pone la aguja más allá del 8 (que sería el y 40). Bastante después, de hecho. Su reloj marca y 42 cuando quería poner 40 y sólo son y 39.
Empezamos
Buenos días! Aquí Ada con la casa funcionando y a color. Lo de funcionando es un decir. Laura está sentada en el sofá sin quitar ojo a los relojes mientras tararea sin parar cosas como "merece la pena esperar" y así. En la cocina, Ruvens y Manu encienden el horno para hacer pan y fríen patatas.
Llega Óscar y se acerca a la cocina cogiendo una bayeta para limpiar el aceite que ha salpicado. "Qué pena, con lo limpia que estaba la cocina", dice. Y hace las presentaciones a la bayeta: "Vanessa, cocina; cocina, Vanessa". Ruvens le pregunta:"¿has dicho Vanessa?". Óscar no se ha dado cuenta, le dice que tiene cierta dislesia y que a veces confunde letras y palabras. Esto (haber nombrado a Vanessa por confusión) les da pie a comentar que Vanessa no limpia y Óscar pregunta por Javi. "Javi sí limpia, limpia por los dos", asegura Ruvens.