La buena relación de Mayka y Lucía no está pasando por su mejor momento en la casa y, es que un encontronazo entre ellas en el ascensor por cómo Lucía contestaba a su compañera, levantaba viejas tensiones entre ellas.
"No puedo más, me llevo todos los palos, ¿por qué me chillas?", reaccionaba Mayka a las contestaciones de Lucía en el ascensor y esta reaccionaba muy cabreada: "De verdad, no voy a hablar más en esta casa, hablaré en el confesionario y conmigo misma".
Mayka se refugiaba en el confesionario con Marta López para desahogarse sobre esto, entre lágrimas: "No tengo ganas de nada, ya llevo muchos días aguantando situaciones y ya he explotado. Trátame bien, ¿no ve que le necesito más que nunca? Ya hablaré con ella, pero me da a mí que va a terminar en discusión".
Mientras, Manuel hablaba con Lucía en la cocina y le advertía de que a Mayka e había afectado mucho cómo le había hablado y que había estado llorando por esto. Y pese a que ella no entendía por qué siempre le recriminan a ella sus formas, terminaba entrando en el confesionario para hablar directamente con su compañera, aunque los reproches no le faltaban: "Entre la piel final y que siempre soy yo la que grita... estoy hasta el mismísimo pie".
"Ella se ha puesto a llorar por lo que llevaba acumulado", intervenía Marta para calmar las aguas, pero Lucía seguía en el mismo tono: "Todo el mundo lo pasa mal, menos yo que llevo tres días sola y que no hablo casi con nadie".
Momento en el que intervenía Mayka para explicar cómo se siente: "A lo mejor ahora es cuando más te necesito, a mí no me vas a ver llorando por las esquinas, es que exageras todo. Yo te quiero un montón, pero ya estoy saturada". Y pese a que Mayka explicaba el por qué de sus lágrimas, ante las reacciones de Lucía, salía del confesionario muy cabreada: "Cuando le cuento mis problemas es: 'y yo, y yo".