La llanura vallisoletana y las onduladas Rías Baixas albergan dos de los tesoros vinícolas más preciados de España. Al menos en lo que a vinos blancos se refiere. El verdejo castellano y el albariño gallego. Dos tipos de uva que dominan el sector de los vinos blancos, pero que muchas veces la gente de a pie no sabe cómo diferenciar. Para ayudarnos a ello contamos con el sumiller Luis Miguel Fernández (@luis_wine_expert).
“La primera diferencia entre ambas es del ámbito geográfico. La uva verdejo es autóctona de la zona de Rueda, en Valladolid, mientras que la Albariño lo es de las Rías Baixas, en Pontevedra”, comienza explicando el experto.
Atendiendo a los vinos que se elaboran con ellas, el sumiller afincado en Salamanca dice que “el verdejo es más sencillo, más amable, con menos ácido y con más azúcar. Se caracteriza sobre todo porque tiene notas tropicales, de piña, de maracuyá. Su característica principal es que tiene un fino amargor en boca”. Por otro lado, Fernández comenta que el albariño “es más intenso y ácido en boca, con más volumen. Tiene notas de cítricos, de piel de lima o de limón y tiene un final mucho más largo, más intenso”.
“Cuando tomas un albariño, el primer sorbo cuesta más que el de un verdejo”, ejemplifica el sumiller para seguir comentando más diferencias entre ambos. “El verdejo es más fácil de beber, tiene menos acidez y tiene notas de fruta tropical, mientras que el albariño es más intenso, tiene una acidez prolongada y notas críticas”, explica con entusiasmo antes de señalar el mayor consumo del verdejo en los bares españoles. “Precisamente por esa facilidad para tomarlo, el éxito del verdejo está en los bares. Como es muy ligero es apto para tomar sin comida, mientras que un albariño quizá requiere más, acompañarlo con algo de comida porque solo, a veces, puede ser muy intenso”, comenta.
La pregunta del millón. Una duda que seguramente todos hemos tenido en algún momento. ¿Cómo saber si un vino es bueno? Para Luis Miguel Fernández la respuesta es sencilla. “Un vino bueno es equilibrado”, resume.
En el caso que nos ocupa, el sumiller explica que un “buen albariño es intenso, tiene acidez y refresca y las notas de cítricas están perfectamente integradas”. Mientras que en el caso de los verdejos sostiene que “el buen verdejo es el que no verdejea; es decir, que un buen verdejo es un vino que te refresca, que es amargo con unas ligeras notas tropicales. Si tienen las notas tropicales muy marcadas, por encima del frescor, del amargor… no es un buen verdejo”.
Más allá de esos detalles, el entendido en vinos da una pista fijándose en el precio de venta. “Nunca compres un verdejo por debajo de cinco euros porque será malo. Por debajo de ese precio, dado el coste que puede tener la botella, la etiqueta, el corcho y el transporte… no puede tener un buen vino dentro”, mantiene.
En el caso de los albariños eleva el precio mínimo a los diez euros, “porque hay menos uva y se vendimia generalmente a mano, por lo que les cuesta más elaborar el vino”. “Por debajo de esos precios considero que no tienes la calidad mínima aceptable”, finaliza. Palabra de sumiller.
Suscríbete a la newsletter de Gastro y te contamos las noticias en tu mail.