Si nos hablan del bodeguero Albano Carrisi seguramente la mayoría de nosotros no sepamos quién es, pero si por el contrario nos mencionan al cantante Al Bano, será fácil que, al menos de oídas, situemos al personaje. Detrás de ambos nombres está la misma persona, el famoso artista italiano que hizo carrera en la segunda mitad del siglo XX en el mundo de la canción junto con la que entonces era su pareja, Romina Power, y que también apostó por el sector de la viticultura en su lugar de origen. Y todo por una promesa que hizo a su padre antes de emprender su aventura en el mundo del espectáculo.
Al Bano nació en la Apulia italiana, en el seno de una familia humilde que se dedicaba a la agricultura, algo que sin duda le marcó. Según el propio cantante ha reconocido en alguna ocasión, antes de marcharse a Milán a probar suerte en la canción, le prometió a su padre que algún día volvería a Cellino San Marco, su pueblo, y construiría una bodega. Y es que, al parecer, su progenitor no veía con demasiados buenos ojos aquella idea de irse al norte de Italia.
Sea como fuere, la aventura de Al Bano fue un éxito y le permitió cumplir su palabra con creces. El autor de ‘Felicitá’ compró en 1969 una finca en la que hoy en día no sólo hay 50 hectáreas de viñas y una bodega. El ‘Tenute Al Bano’, que así se llama la propiedad, cuenta con un hotel con spa, varias salas de conferencias y hasta un campo de fútbol.
Si los italianos son gente orgullosa de la familia y la tierra, Al Bano no es una excepción. El artista cumplió su palabra, volvió a su pueblo y construyó una bodega como había dicho a su padre que haría. Pero no se quedó ahí. El magnífico cantante de la Apulia decidió que uno de los vinos que se comercializara fruto de sus viñas tenía que llevar el nombre de su padre.
Así fue. Don Carmelo es uno de los caldos que se comercializan en una bodega que vende al año varios millones de botellas a un precio muy accesible, que incluso le ha llevado al propio Al Bano a ser criticado porque hay quien considera que debe de venderlo más caro, acorde a su calidad. No parece que a los 81 años el dinero sea una de las prioridades de un hombre ya multimillonario y que saltó a la fama cantando a los cuatro vientos que la felicidad es una copa de vino con un bocadillo.
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