En la región de Abruzzo, al este de Italia, se encuentra un ‘monumento’ tan insólito como interesante: una fuente que dispensa vino tinto de forma completamente gratuita y funciona las 24 horas del día. Este singular proyecto, conocido como la 'Fontana del Vino', fue inaugurado en 2016 gracias a la colaboración entre la bodega Dora Sarchese y los organizadores del 'Cammino di San Tommaso', una ruta de peregrinación que conecta Ortona con Roma.
Desde esos primeros días, esta fuente se ha convertido en punto de peregrinación y de interés para enófilos, turistas y curiosos, convirtiéndose en todo un símbolo de hospitalidad y tradición.
En su momento, el proyecto nació con un objetivo claro: ofrecer descanso y un pequeño placer a los peregrinos que recorren el 'Cammino di San Tommaso'. Esta ruta se inspira en la tumba de Santo Tomás, ubicada en Ortona, y la conecta con la Basílica de San Pedro en Roma. En resumidas cuentas, se trata de un concepto similar al de nuestro famoso Camino de Santiago, al invitar a los peregrinos a recorrer Italia de manera pausada, atravesando pueblos y disfrutando de los pintorescos paisajes de la Italia central, lo que resulta atractivo para viajeros de todo el mundo.
La idea de la fuente no es nueva en Europa. Los creadores de la 'Fontana del Vino' tomaron inspiración de la fuente de vino de las Bodegas Irache en Navarra, España, un punto emblemático del Camino de Santiago. Sin embargo, la versión italiana ha llevado el concepto un paso más allá al garantizar un flujo constante de vino las 24 horas sin necesidad de pagar una entrada, haciendo con ello que su propuesta sea accesible para todos, no solo para los peregrinos.
Ubicada en Villa Caldari di Ortona, un pequeño pueblo en Abruzzo, la fuente se integra perfectamente en el paisaje local. La estructura principal es un gran barril construido con materiales reciclados que alberga un depósito subterráneo de 3.000 litros. Este depósito asegura un suministro constante de vino, que fluye a través de un surtidor accesible para los visitantes. El diseño no solo es funcional, sino que también rinde homenaje a la tradición vinícola de la región, famosa por su Montepulciano d’Abruzzo.
El barril está diseñado para que los visitantes puedan entrar en su interior, lo que añade un toque interactivo a la experiencia. La capacidad total del sistema, que incluye una serie de depósitos adicionales, supera los 10.000 litros, lo que garantiza que la haya suficiente flujo de vino como para que la fuente pueda satisfacer la demanda, incluso en los días de más alta afluencia turística.
Desde su inauguración, la 'Fontana del Vino' ha transformado Villa Caldari en un punto de interés turístico. Peregrinos, turistas y locales se reúnen alrededor de la fuente para disfrutar de una copa de vino, compartir historias y celebrar la vida. La fuente ha ayudado a revitalizar la economía local, atrayendo a más visitantes a la región y fomentando el interés por el enoturismo en Abruzzo.
A pesar de su popularidad, los promotores de la fuente han dejado claro que su propósito no es fomentar el consumo desmedido de alcohol. Más bien, se trata de ofrecer un momento de pausa y reflexión, en línea con el espíritu del 'Cammino di San Tommaso'. Por ello, se invita a los visitantes a beber con moderación y a respetar tanto el lugar como la experiencia compartida.
La fuente de vino de Abruzzo no es la única fuente de estas características en Europa. La ya mencionadas Bodegas Irache, en Ayegui, Navarra, son posiblemente el ejemplo más conocido. Situada en pleno Camino de Santiago, esta fuente ofrece diariamente 100 litros de vino tinto joven para los peregrinos que transitan por la ruta. Aunque su capacidad es menor que la de la fuente italiana, comparte el mismo objetivo de proporcionar un momento de alegría y descanso a los viajeros.
Otro ejemplo reseñable es la fuente de vino en Marino, cerca de Roma, que se activa anualmente durante el Festival de la Uva. A diferencia de la 'Fontana del Vino' de Abruzzo, esta fuente opera solo durante un día, pero su espectacularidad la ha convertido en una tradición querida por locales y visitantes. Es el mismo caso que el de la pequeña Carosino, una localidad de la provincia de Tarento, en la que hay otra fuente de vino, frente al Palacio Ducal D’Ayala Valva y en el centro de la plaza cuadrangular dedicada a Vittorio Emanuele III.
La 'Fontana del Vino' de Abruzzo no solo es una atracción turística, sino también un símbolo de la rica tradición vinícola de la región. Representa la hospitalidad italiana en su máxima expresión, ofreciendo un regalo sencillo pero significativo a quienes pasan por allí. Además, su existencia ha fortalecido el interés por el 'Cammino di San Tommaso', elevando su perfil como una alternativa al más conocido Camino de Santiago.
En un mundo donde las experiencias únicas son cada vez más valoradas, la 'Fontana del Vino' de Abruzzo se erige como un ejemplo de cómo la tradición, la creatividad y la hospitalidad pueden converger para crear algo extraordinario. Ya sea como peregrino, turista o amante del vino, una visita a esta fuente es mucho más que una oportunidad de degustar una copa: es una invitación a formar parte de una historia que celebra el vino, la comunidad y el viaje en sí mismo.
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