"Eso de que existen dos Españas es verdad, los que bebemos kalimotxo y los que no", escuché decir una vez a un grupo de jóvenes. Más allá de la gracia del comentario y de la cantidad de diferencias que parece haber entre los españoles, lo cierto es que la afirmación es bastante cierta. Pocas bebidas dividirán tanto a la sociedad por su origen. Quizá solo a los bebedores de Kas y Fanta se les pueda situar geográficamente con tanta facilidad como a los amantes y detractores de la famosa mezcla de Coca Cola con vino tinto. Eso, que no es poco, es el kalimotxo, una bebida cuyo origen es incierto, pero una leyenda lo sitúa en Algorta, el puerto de Getxo
Aunque el ‘mito fundacional’ del kalimotxo dice que fueron dos amigos de la cuadrilla Antzarrak los que crearon la popular mezcla, quizá a ellos sólo se les pueda atribuir el nombre. El caso es que en plenas fiestas de San Nicolás de 1972, esta cuadrilla compró 2.000 litros de vino para los festejos, con tal mala suerte que el vino estaba picado. Fue entonces cuando dos amigos, Kalimero y Motxongo, propusieron mezclarlo con Coca Cola, solucionando así el mal sabor. Kali y Motxo arreglaron el problema y dieron nombre a la mezcla.
La versión ‘oficial’ de la que presume el Ayuntamiento de Getxo únicamente sitúa a Kalimero en el lugar de los hechos. El hombre en cuestión debía ser poco agraciado y resulta que feo, en vascuence se dice motxo, por lo que de la unión de ambos surgió Kalimotxo. De ser verdad esta versión podríamos estar ante el mejor brainstorming para un naming de la historia.
Si la leyenda sitúa en Getxo el origen de esta popular bebida la realidad dice que ya se consumía antes. Desde que en la década de los 50 se instalara en España la primera fábrica de Coca Cola, en la zona que hoy es La Rioja se comenzó a beber un combinado que se llamaba Rioja Libre, como una forma barata de combinado cuyo nombre viene en contraposición a Cubalibre, el combinado ‘caro’, por decirlo de alguna forma. También hay quien dice que lo conocía como el 'cubata del obrero'.
La popularidad del combinado es tal que la Real Academia Española de la Lengua lo recoge en su diccionario. Eso sí, en su versión castellanizada, claro. Otro motivo de disputa, ¿se escribe con k y tx o con c y ch?
Sea donde fuere, lo que está claro es que el origen del Kalimotxo se sitúa en el norte de España, algo que ha marcado su expansión, sus adeptos y sus detractores. Cuanto más al sur de la península menguan los primeros y crecen los segundos. Claro está, que no a todos en el norte les gusta ni todos los de Andalucía aborrecen la bebida en cuestión, pero la mayor o menor afinidad a la bebida en función del lugar de nacimiento existe.
A pesar de que es conocido fuera de España, el kalimotxo no siempre es bien recibido en los bares. No son pocos los casos de gente que ha usado sus redes sociales para decir que en tal o cual sitio “no tienen kalimotxo”. Tampoco son pocos los casos en los que los camareros no han atendido de buena gana la petición.
No es fácil decir la razón. Quizá no exista. Unos dicen que el origen vasco de la bebida y la situación sociopolítica que se vivía en esa región restaron popularidad a la bebida y le sumaron detractores. Otros apuntan a que es menos rentable que un combinado ‘de verdad’. El caso es que, en algunos lugares, aún arrugan la nariz cuando se pide un kalimotxo.
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