En solo unas horas Donald Trump será investido como el presidente número 47 de los Estados Unidos en una ceremonia donde el republicano tomará posesión de su cardo en el Capitolio de Washington D. C. El país se encara hacia una nueva etapa tras el primer mandato de Trump y no son los únicos, la cocina de la Casa Blanca también se prepara para el cambio tras la jubilación de Cristeta Comerford, quien desde 2005 ha sido la líder de la cocina de la Casa Blanca.
Antes de ser la jefa de cocina trabajó desde 1995 entre sus fogones a los mandos del chef Walter Scheib, que la contrató con solo 33 años, un puesto que consiguió una década después, siendo la primera mujer y persona asiática (nació en Filipinas) al frente de la cocina de la Casa Blanca.
Así, Comerford ha cocinado para cinco presidentes: Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama, Donald Trump y Joe Biden. Por tanto, conoce a la perfección los gustos culinarios de los presidentes para los que ha cocinado y sobre Trump explica que, bajo su criterio, no tiene preferencia por la comida rápida. “No servimos comida rápida cuando él está en la Casa Blanca. Tal vez lo coma en viajes o dende sea que vaya”, comentó a BBC.
Eso sí, la hasta hace unos meses chef de la Casa Blanca subraya con orgullo que en esas cocinas “hacemos la mejor hamburguesa con queso de todos los tiempos y las mejores patatas fritas”.
La cocinera tuvo una gran sintonía con Michelle Obama y juntas propulsaron el proyecto para luchar contra la obesidad infantil, además de que cocinaba bastante con las verduras que cultivaba la primera dama en los jardines. Su fama siempre ha sido de cocina saludable y en la primera llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos corrió el bulo de que había sido despedida.
La chef de origen filipino no ha sido la única que ha hablado de cómo come Donald Trump, también lo ha hecho Andre Rush, que entró a trabajar en las cocinas de la Casa Blanca en 1997 y también cocinó para el presidente que hoy toma posesión en su primer mandato.
Según Rush explicó a TMZ, cuando trabajaba para Trump muchas veces lo que le tocaba cocinar eran hamburguesas, tacos o pastel de carne y ahora explica que, por su edad, “sus hábitos alimenticios deberían cambiar. No solía desayunar mucho. Su comida principal era la cena. Les toca a los chefs entenderlo y manipularlo un poco para intentar que coma más sano”, ya que solían ocultarle alimentos más sanos en sus platos. Pero no todo era malo, ya que el chef comenta que el mandatario también es un gran amante del salmón, un buen plato para aprovechar sus beneficios para la salud.
También es conocido el gusto de Trump por McDonlad’s, aunque Rush subraya que “no se puede pedir. Suena bien, pero no se hace así. Las hamburguesas se hacen en casa”. ¿Cambiará la alimentación Donald Trump durante su segundo mandato al frente de Estados Unidos? ¿O continuará haciendo público su amor por la comida rápida y procesada?
Recientemente Robert F. Kennedy Jr. ya habló en un podcast sobre los malos hábitos del presidente electo. "Lo que come es realmente malo. En el avión, directamente veneno. Tienes la opción de elegir entre KFC o Big Macs. Eso cuando tienes suerte, el resto de las cosas las considero incomibles", además de que parece que la Coca Cola es su única bebida y comentando que nunca le ha visto beberse un vaso de agua.
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