En España se beben al año alrededor de 56 litros de cerveza per cápita. Quizá no somos el país más cervecero del mundo, pero sí uno de los más apasionados. Si a eso le unimos la gran cantidad de marcas que hay en el sector y su importante arraigo territorial ya tenemos el cóctel perfecto para el debate. ¿Qué cerveza es la mejor? El acuerdo es, casi siempre, imposible, pero pone de relieve la relación existente entre el lugar de origen y la cerveza que se consume.
Cada cierto tiempo aparece en nuestras vidas un estudio que dice las cervezas que se consumen más en cada región española. Un análisis que, con ciertos matices, suele afirmar que la más consumida en cada comunidad autónoma es la que es originaria de esa región o, en algunos casos, tiene una fábrica importante. Así, por ejemplo, en Madrid se bebe mayoritariamente Mahou, en Andalucía Cruzcampo o en Aragón Ámbar, por citar tres casos.
Como en toda generalización hay excepciones que, a su vez, sirven para confirmar la regla. Aunque hay pequeñas variaciones entre los estudios que se realizan del asunto parece claro que hablar de Mahou es hablar de una de las cervezas más consumidas de España, en especial en el interior. Desde Madrid, de donde es originaria, hasta La Rioja, pasando por Castilla y León y Castilla-La Mancha se consume la bebida que idearon los hijos de Casimiro Mahou. Incluso en Asturias y Cantabria esta marca tiene buena acogida.
A pesar del dominio de esta marca en el interior, lo cierto es que cada vez son más los que eligen Estrella Galicia, una cerveza que hasta hace relativamente poco estaba acotada a Galicia, de donde procede, y la cornisa Cantábrica, excluyendo al País Vasco, donde domina San Miguel. En Navarra, la cerveza gallega también es una de las más elegidas.
El caso de Aragón y Ámbar es el ejemplo paradigmático de una cerveza arraigada en su territorio. La marca zaragozana es la preferida por los maños, que además lo llevan en muchos casos a gala. Al otro lado del Moncayo, en Soria, también se consume de manera notable, pero no logra desbancar a la Mahou.
Al igual que sucede en Aragón, en Cataluña la Estrella Damm copa el mercado y los paladares de los ciudadanos, tan dados a poner en valor lo suyo. Caso parecido al de la Estrella de Levante en la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia, o al de cerveza Dorada en las Islas Canarias. En el otro archipiélago la batalla entre los partidarios de Estrella Damm y los de Mahou es enconada, aunque a nadie le sorprendería que la más bebida fuera una marca alemana.
Si hay una cerveza denostada fuera de su territorio y amada dentro del mismo es la Cruzcampo. La sevillana es la auténtica referencia de Andalucía, exceptuando quizá Granada con la Alhambra, la de beber, claro, la cual los granadinos anteponen a la marca hispalense.
El mal gesto que provoca la Cruzcampo fuera de la tierra de Blas Infante quizá solo encuentre alivio en Extremadura, donde comparte espacio con la Amstel, según los datos que manejan en el sector.
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