La historia de cómo una mujer inventó la cerveza hace 7.000 años

La historia de cómo las mujeres fueron las pioneras en la creación y desarrollo de la cerveza es fascinante pero a menudo se trata de una narrativa casi olvidada, y que se remonta a casi 7.000 años. Esta bebida tuvo sus orígenes en las manos de las mujeres, y su legado que conecta con aspectos culturales, religiosos y hasta sociales que se fueron moldeando a lo largo de los siglos.

Las mujeres y la invención de la cerveza

Las primeras evidencias de producción de cerveza provienen de la antigua Mesopotamia, alrededor del año 5.300 a.C., cuando, casi por accidente, una mujer, conocida luego como Ninkasi, descubrió el proceso de malteado al almacenar grano en frascos que se inundaron tras una lluvia. El resultado fue una fermentación natural que dio origen a la cerveza, y esta experiencia marcó un momento crucial en la historia humana. A partir de ahí, la cerveza pasó a formar parte integral de la vida cotidiana y espiritual de estas comunidades, elevando su proceso a un nivel casi sagrado.

La elaboración de la cerveza estuvo en manos de las mujeres durante siglos, ya que era vista como una extensión natural de las tareas domésticas. Las mujeres se encargaban de la producción no solo para el consumo de la familia, sino también para la venta a vecinos y como un pequeño emprendimiento que generaba ingresos. En culturas como la de los antiguos egipcios y sumerios, las mujeres no solo elaboraban cerveza para las ceremonias religiosas, sino también como un producto básico de la dieta diaria, contribuyendo al desarrollo agrícola y sedentarismo de la población.

La caída del poder femenino en la industria cervecera

A medida que la cerveza se consolidaba como un producto ampliamente comercializado, las mujeres pasaron a ocupar una posición importante en los mercados. En la Edad Media, en muchos mercados europeos, no era raro ver a mujeres con altos sombreros puntiagudos vendiendo cerveza. Estos sombreros tenían el propósito de hacerlas visibles entre la multitud, y el uso de calderos para preparar la bebida y gatos para mantener el grano libre de plagas se volvió habitual. Sin embargo, a partir del siglo XVI, la creciente influencia de la Reforma y de movimientos religiosos conservadores empezó a cambiar la percepción del rol de las mujeres en la sociedad.

Para reducir la competencia de las mujeres en la industria cervecera, algunos hombres aprovecharon el ambiente de paranoia que se generaba en torno a la brujería, acusándolas de ser brujas. De hecho, la iconografía moderna que asociamos con las brujas en realidad se deriva de las mujeres cerveceras de esa época. Acusarlas de brujería no solo permitía quitarles la posibilidad de continuar con sus negocios cerveceros, sino también, en muchos casos, ser condenadas a la muerte o a la exclusión de la sociedad.

La cerveza y el auge del mundo masculino

Con el crecimiento de la industrialización y la necesidad de regular la producción y venta de cerveza, esta industria pasó a manos de los hombres y se convirtió en un producto masivo y regulado. La industrialización no solo trajo consigo un cambio en la producción, sino también un cambio cultural. La cerveza, que una vez fue un símbolo de la independencia económica de las mujeres, se transformó en un símbolo del hombre trabajador y de su lugar en la sociedad. Durante la Revolución Industrial, la mayoría de las compañías cerveceras y pubs pasaron a estar gestionados por hombres, relegando a las mujeres casi por completo al ámbito doméstico.

En la América colonial, la tradición de la elaboración de cerveza se trasladó desde Europa, y las mujeres retomaron sus roles como taberneras y cerveceras en sus hogares. De hecho, Mary Lisle se convirtió en la primera cervecera de América cuando se hizo cargo del negocio de su padre en Filadelfia en 1734. A pesar de esto, hacia finales del siglo XVIII, la participación de las mujeres en la producción de cerveza comenzó también a disminuir, dejando paso a un dominio masculino que perduraría durante siglos.

Por todo esto, la historia de la cerveza está intrínsecamente ligada a la historia de las mujeres. Desde Mesopotamia hasta la Europa medieval y la América colonial, las mujeres han tenido un papel crucial en la creación y evolución de esta bebida. Para ellas, la elaboración de cerveza no solo fue un medio de sustento, sino también una expresión cultural y una oportunidad de independencia económica. La pérdida de este poder, debido a la persecución y estigmatización, refleja cómo la historia de la cerveza está también conectada con la lucha por la igualdad de género y el control económico de las mujeres.

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