El boom de la cerveza artesanal: dónde quedó la explosión de hace una década
Su aterrizaje hace algo más de una década fue un auténtico boom
Las cervezas artesanales calaron hondo en un público muy transversal
La pandemia supuso un duro mazazo para el sector, del que todavía se está recuperando
Mientras que la España futbolera (y la fiestera) celebraba que la selección de fútbol había ganado el Mundial de Sudáfrica, a lo largo y ancho del país surgía una moda que acabó siendo un auténtico boom: la cerveza artesanal. Más de 10 años después el sector ha vivido un cambio radical que le ha llevado a cuestionarse su futuro.
Aunque en los países del entorno, en especial los de Centroeuropa, la cerveza artesanal tenía, y tiene, innumerables adeptos, en España la cosa iba por otro lado, siendo su seguimiento muy minoritario. Las peculiaridades ibéricas y la coexistencia con el mundo del vino, hacían que la cerveza ‘craft’ no se hubiera hecho un gran hueco entre los españoles. Hasta 2010.
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En aquel año se dió un boom generalizado que logró romper la resistencia hispana, que se unió así a la moda de las cervezas artesanales. No había moderno que se preciase de serlo que no tuviera su artesana de referencia y su kit de producción propio. El éxito fue tal que apenas quedaron lugares en la geografía española en donde no hubiera una cervecería artesanal.
¿Qué es una cerveza artesanal?
Según recoge la web Escerveza.com una cerveza artesana es "aquella que se elabora sin aditivos, conservantes ni pasteurización, están vivas y son un producto que cambia un poco cada día", con presencia de levadura. Utiliza como ingredientes únicamente agua, levadura, lúpulo y cebada para hacer la malta. Pues bien, este brebaje fue el que inundó España a comienzos de la década pasada y que ahora parece estar en un momento complicado.
Si su llegada, aunque tardía con respecto a otros países, fue ampliamente aceptada, lo cierto es que su mercado no ha terminado de eclosionar en este tiempo a pesar de lo cual se han llegado a registrar más de 150 marcas distintas, muchas de las cuáles no han podido mantenerse hasta ahora.
Tras un 2019 en el que las cifras de consumo se cerveza artesanal se consideraron buenas, la pandemia y el cambio de los hábitos afectaron a esta bebida, que años después sigue sin haber recuperado las cifras pre pandemia. Un dato que es peor aún si se tiene en cuenta que en 2022 se batió el récord de consumo de cerveza en España.
Todo eso, unido al cierre en los últimos años de empresas icónicas, del sector como Cervezas La Virgen o la gallega Nós, ha acrecentando la sensación de que el presente de las cervezas artesanales es peor que su pasado más reciente.
La amenaza de las sin alcohol
Si pelear contra la industria cervecera no fuera suficiente, ahora los productores de cerveza artesanal tienen que enfrentarse a un nuevo enemigo. Se trata de la cerveza sin alcohol. No en vano, España es el país de la UE donde más se consume este tipo de bebida. En 2023 se estimaba que más del 20% de los consumidores de cerveza ya elegían sin alcohol.
Este incremento se debe al aumento de la oferta de este tipo de bebida y de la mayor concienciación con respecto al alcohol a la hora de conducir y del cuidado de la salud. Esto, unido a la preferencia de los españoles por la cerveza en lugar de cualquier otro refresco ha llevado a las sin alcohol a ocupar un trozo importante del mercado.
Un nuevo reto al que se han de enfrentar los maestros artesanos en su búsqueda por mantener un espacio que, a juicio de muchos, ya está consolidado a pesar de los vaivénes que han sufrido en los últimos años. Lo que sí parece claro es que el boom de las cervezas artesanales se acabó, aunque no es menos cierto que, parafraseando a Coco Chanel, “las modas pasan, el estilo permanece". Quizá ya no sea trendi pedir una artesana, pero aquellos que lo han incorporado a su forma de vida difícilmente lo dejarán de lado.
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