¿Sabías que si comes uva y cacahuete sabe a chocolate? Otras mezclas sorprendentes

  • El fenómeno de percibir un sabor diferente al combinar ciertos alimentos se explica a través de la forma en que el cerebro procesa los sabores

  • Nuestro cerebro no interpreta sabores individuales, sino en su conjunto, con lo que pueden aparecer similitudes a priori imposibles

  • La receta de la tarta de queso y chocolate en la Thermomix

En el mundo de la gastronomía, siempre hay espacio para la sorpresa. El mejor ejemplo de esto es un fenómeno que ha comenzado a ganar popularidad a través de redes sociales, y que es la combinación de alimentos que, aunque a simple vista parecen extrañas, sorprenden por sus sabores inesperados. Una de las mezclas más virales es la de uvas y cacahuetes, que según varios testimonios, genera un sabor sorprendentemente similar al del chocolate. Aunque parezca increíble, la ciencia que respalda este hecho explica por qué estas mezclas pueden llegar a engañar a nuestros sentidos.

¿Por qué uvas y cacahuetes saben a chocolate?

La combinación de uvas y cacahuetes es especialmente sorprendente porque no parece intuitivo que estos dos ingredientes puedan llegar a complementarse para generar el sabor del chocolate. Sin embargo, este fenómeno se explica a través de la química de los compuestos volátiles que ambos alimentos comparten. Tanto el cacahuete como el cacao contienen aldehídos similares, entre ellos el 2-metilpropanal, el 2-metilbutanal y el 3-metilbutanal, que se producen durante el proceso de tostado de las semillas. Estos compuestos son responsables de los aromas característicos del chocolate, lo cual explica la familiaridad de sabor que muchas personas afirman percibir al probar esta curiosa combinación.

Pero la verdadera "magia" de esta mezcla se debe también a las uvas rojas, que aportan dulzura y acidez al cacahuete tostado. La acidez de las uvas equilibra la grasa y la textura de los cacahuetes, creando una sensación en el paladar que se acerca al sabor del chocolate. Esto se debe a la presencia de más de 2,000 compuestos volátiles, incluyendo ésteres, alcoholes y terpenos, que se combinan para crear una experiencia gustativa que engaña a nuestro cerebro.

La viralidad de este fenómeno en redes sociales

Este fenómeno no solo se ha refutado e investigado científicamente, sino que también ha captado la atención de múltiples creadores de contenido. La influencer conocida como La Chica Bona ha compartido en redes sociales varios vídeos contando su experiencia probando esta y otras combinaciones de alimentos. La influencer mostró su sorpresa al comprobar que el sabor efectivamente se parecía al del chocolate, algo que muchas otras personas también han experimentado.

Otras combinaciones sorprendentes

Además de la mezcla de uvas y cacahuetes, existen otras combinaciones de alimentos que logran sabores inesperados:

  • Pepino y azúcar: según algunos, esta combinación sabe a sandía. La acidez y frescura del pepino, al combinarse con el dulzor del azúcar, logra evocar un sabor muy parecido al de esta fruta veraniega. La Chica Bona, por ejemplo, aseguró que efectivamente se parecía mucho a la sandía cuando lo probó.
  • Manzana y pepino: otra mezcla que ha sorprendido a muchos es la de manzana y pepino, la cual genera un sabor que algunos describen como similar al melón. Aunque la textura sigue siendo distinta, el perfil de sabores que se genera al combinar la acidez de la manzana y la frescura del pepino puede acercarse al del melón, engañando a nuestro cerebro de manera similar a la de las uvas y los cacahuetes.
  • Tomate y azúcar: se dice que esta combinación puede emular el sabor de la fresa. Aunque no todos los que la prueban están convencidos, la combinación de la acidez del tomate con el dulzor del azúcar genera una experiencia gustativa curiosa y digna de probar.
  • Aguacate y salsa de soja: Aunque el aguacate se suele asociar con guacamole o tostadas, al mezclarlo con salsa de soja se obtiene un sabor umami que recuerda al sushi. La cremosidad del aguacate se combina perfectamente con la salinidad y profundidad de la soja, creando un sabor complejo que sorprende a los sentidos. Esta combinación es perfecta como aderezo para ensaladas o como dip saludable.
  • Naranja y manzana: Al mezclar gajos de naranja con rodajas de manzana, se obtiene una fusión entre el dulzor y la acidez de ambas frutas, lo cual produce un sabor equilibrado y fresco que recuerda al kiwi. Esta mezcla es ideal para ensaladas de frutas creando una experiencia gustativa vibrante y llena de matices.

La ciencia tras este engaño gustativo

El fenómeno de percibir un sabor diferente al combinar ciertos alimentos se explica a través de la forma en que el cerebro procesa los sabores. Nuestro cerebro no percibe los sabores de manera aislada, sino que los interpreta en conjunto, relacionándolos con experiencias previas y con la combinación de compuestos volátiles que llegan a nuestras papilas gustativas. Al consumir uvas y cacahuetes, la suma de sus compuestos crea un perfil aromático que, para nuestro cerebro, resulta muy similar al del chocolate.

La percepción del sabor también está influida por el contexto cultural y las asociaciones previas que tenemos con ciertos alimentos. Por ejemplo, el sabor del chocolate está vinculado a recuerdos de placer y confort, lo cual podría explicar por qué algunas personas afirman que la mezcla de uvas y cacahuetes "sabe" a chocolate, ya que su cerebro está predispuesto a buscar esa asociación positiva.