El turrón de chocolate con arroz inflado es ya todo un clásico de las fechas navideñas. Casi todo el mundo lo conoce o lo ha probado, pero normalmente no tenemos muy claro qué estamos comiendo realmente cuando nos metemos en la boca un pedazo de este dulce por estas fechas.
Durante siglos hemos llamado 'turrón' a las pastillas rectangulares elaboradas casi exclusivamente a partir de miel y almendras. Por eso a muchas personas les resulta llamativo utilizar ese nombre para hablar de productos elaborados con otros ingredientes, como chocolate y arroz inflado.
Si consultamos la legislación, veremos que recoge diferentes denominaciones. Una de ellas es el 'turrón', donde se incluyen “los de toda la vida”, es decir, los elaborados con miel y almendras, como el de Alicante y el de Xixona, conocidos popularmente como turrón duro y turrón blando.
Otra denominación que recoge la legislación es la de “turrones diversos”, donde se incluyen los productos elaborados a partir del amasado de almendras o cualquier otro fruto seco y otras materias básicas, entre las que se encuentran algunas como el azúcar, la miel, el arroz inflado, el coco, el cacao, el chocolate y un largo etcétera.
Es decir, el turrón de chocolate sí es turrón. Así podemos leerlo en la etiqueta, concretamente en su denominación de venta, que generalmente se muestra junto a la lista de ingredientes, donde se indica “turrón de chocolate y arroz inflado”.
Como podemos imaginar, para conocer la composición de este tipo de turrón no tenemos más que leer la lista de ingredientes. Debemos saber que estos se citan en orden, según su importancia en el producto, de modo que los que aparecen en primer lugar son los mayoritarios, mientras que los últimos son los que se encuentran en menor proporción. Además, si alguno de ellos se destaca de algún modo en el envase, ya sea por medio de imágenes o palabras, debe indicarse la proporción concreta en la que se encuentra.
Conociendo estos dos pequeños detalles, podemos saber por ejemplo que en el turrón de chocolate con arroz inflado más popular del mercado, el primer ingrediente y por lo tanto el más abundante es el azúcar.
En segundo lugar, figuran los frutos de cáscara, concretamente almendras y avellanas, que son responsables de parte del sabor y de la textura de este turrón.
A continuación, les siguen estos ingredientes:
Una vez que hemos consultado la lista de ingredientes, conviene leer con detenimiento la composición nutricional para completar esa información.
Lo primero que llama la atención es la elevada proporción de azúcares (50%), algo que ya pudimos deducir a partir de la lista de ingredientes, donde el azúcar figuraba en primer lugar. También el contenido en grasas es considerable (28%), lo que se explica por la presencia de manteca de cacao y frutos secos. Todo esto implica un aporte calórico considerable, de 521 calorías por cada 100 gramos.
Es importante tener todo esto en cuenta para no comer este producto en exceso. Ahora bien, esto no debe obsesionarnos ni causarnos sentimientos de culpabilidad. Se trata de un producto que se come por disfrute, no por salud, y que conviene destinar a un consumo puntual.
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