“Recorrí playas preciosas, conocí montes, valles y pueblos increíbles, me aficioné a los ‘oricios’ (erizos de mar) ante la cara de extrañeza de mi hermana… Bueno, es que ella es más de ‘pantrucu’ (la morcilla típica de Asturias). Las dos hemos sido muy felices aquí”, decía la princesa Leonor esta mañana tras ser nombrada alcaldesa honoraria de Oviedo y recibir la Medalla de Asturias en el marco de los Premios Princesa de Asturias. Así, la princesa ha puesto en valor de forma inconsciente uno de los productos más tradicionales de la región.
La princesa Leonor ha confesado su pasión por los ‘oricios’, la forma en la que se llama a los erizos de mar en Asturias, y que desde pequeña le llamaron la atención y son realmente todo un manjar. Con un sabor que te conecta directamente con el mar, son típicos especialmente en invierno. Sin embargo, por encima de los ‘oricios’ ha destacado el ‘pantrucu’, una de las grandes devociones gastronómicas de su hermana, la infanta Sofía.
También se lo conoce como ‘pantruco’ o ‘emberzao’, siendo uno de los platos más típicos de Asturias, especialmente en la zona más oriental de la comunidad autónoma, aunque con la migración de las zonas rurales a las más cosmopolitas se ha extendido a otras partes más centrales del Principado. Se trata de un embutido muy similar a la morcilla que todos conocemos y que se elabora a partir de sangre de cerdo, grasa, cebolla, pimentón y harina de maíz.
No obstante, se diferencia de la morcilla en su método de elaboración, ya que cuando la mezcla de los ingredientes está preparada, esta se envuelve en hojas de berza que antes se han ablandado en agua hirviendo para manipularlas con mayor facilidad. Cuando está lista, envuelta y amarrada con un hilo, se cuece durante horas (normalmente unas tres), logrando que se compacte y que su sabor tenga notas especiadas que hacen del ‘pantrucu’ un plato especial, pese a estar siempre relacionado con la población más humilde.
Se trata de un alimento de gran tradición en el Principado de Asturias, ya que la berza y la haría de maíz fueron la base de la alimentación de sus habitantes durante siglos, siendo clave en las poblaciones rurales y las más empobrecidas durante los tiempos de hambruna.
Al ser muy parecido a la morcilla, lo cierto es que puede prepararse junto a diferentes platos. Lo más típico es partirlo en rodajas y freírlo para acompañarlo junto a unos huevos y patatas fritas. Eso sí, si prefieres alejarte de los fritos, su versatilidad permite que se pueda asar o hacer a la brasa, si los comensales así lo prefieren.
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