Cuando llega el momento de desayunar o de merendar parece que apetece algo dulce, un antojo que muchas veces se termina saciando con un croissant. Sí, si estamos en casa probablemente nos comamos uno de esos de supermercado que vienen con otros tantos en bolsa, pero si estamos en una cafetería vamos a poder disfrutar de uno bien esponjoso de mantequilla que hará que se te caiga la baba. Lo que quizá no sabes es que hay un croissant de mantequilla que ha sido elegido como el mejor de España.
El XVII Concurso al Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España 2024 que organiza el Gremio de Pastelería de Barcelona ha seleccionado a su favorito, que ya tuvo el honor de alzarse con el premio en 2020. Con más de 50 croissants inscritos, Andreu Sayó, de la pastelería de Barcelona Brunells, ha sido el mejor valorado de esta edición con un total de 100 puntos. ¿Qué tiene de especial?
Brunells es una pastelería llena de historia en Barcelona, siendo una de las más antiguas de la ciudad. Se fundó en 1852 y desde entonces no ha cambiado ubicación en le barrio de Born, con un breve parón en 2018 para reabrir en 2020, siendo todo un referente de la pastelería tradicional de la ciudad condal, pero sabiendo cómo adaptarse a los nuevos tiempos y actualizarse.
Cuando empezaron su andadura a mediados del siglo XIX el croissant no era su gran protagonista, sino las chucherías de la época, pero poco a poco fue convirtiéndose en una pastelería que ganaba más y más fama, especialmente por su cuerno de manteca de cerdo.
¿Cómo es ese croissant para ser el mejor? “Es un croissant con muchas vueltas que buscamos que sea crujiente y ligero y que al hornearlo retenga el máximo de mantequilla”, cuenta Andreu Sayó, algo que se consigue en el proceso de horneado, evitando que la mantequilla ebulla.
Sus ingredientes no son secretos: harina, agua, mantequilla, huevo y sal. Eso sí, la receta está cuidada al detalle para que esas medias lunas estén perfectamente equilibradas y que, al entrar en contacto con el paladar, ese croissant se convierta en una auténtica necesidad.
La apariencia es importante, pero en Brunells ponen el foco en la calidad de los ingredientes, especialmente cuando sus croissants son rellenos de todo lo que te puedes imaginar (fresas, pistachos, flor de saúco…). Esta pastelería hornea de 4.000 a 5.000 croissants a la semana, una cifra que creen que va a seguir en aumento tras el reconocimiento. ¿Su precio? Cada croissant de mantequilla cuesta 2’40 euros.
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