Verónica, con 61 años, acude a 'First Dates Hotel' muy ilusionada de encontrar el amor. La ópera es su devoción y la música clásica su pasión. Además, llegaba al hotel junto a sus pelucas, que le añaden una excentricidad a su forma de vestir muy característica: "Me gusta mutar". Y es que un día quiere el pelo de un color y otro día de otro.
En el otro lado le esperaba Esther, de 61 años, que esperaba a Carlos Sobera escribiendo unos poemas de amor: "Estamos en un enclave que invita a eso, al romanticismo". Esther es una literata en toda regla y todo lo que tenga que ver con el arte le gusta. Es pansexual: "Me enamoro de las almas. También soy una persona muy espiritual. Todas las personas para mí son iguales".
Antes de tener la cita, Esther rendía culto a una de sus diosas con la finalidad de "tener un buen encuentro". Encendía un incienso y se lo movía a través de la cabeza. Y es que quiere buscar el amor y para ello, se rinde a lo que más confía. Y llegaba el momento de la cita entre Verónica y Esther. Ambas tenían un primer encuentro en la barra y no podía salir mejor la cosa: la madre de Esther también era argentina, como Verónica.
Esther y Verónica no tardaban en brindar y dirigirse a la mesa. Una mesa que iba a ser partícipe de toda la conversación de ambas, hablando de sus vidas, de cómo se definen... "Estoy cansado de los bobos. Entonces, es como que estoy un poco alejada del pene", confesaba Verónica. Las dos mantenían diversas cosas en común, pero sobre todo una de ellas: el cine. Algo de lo que han hablado largo y tendido. Aunque tampoco se les ha escapado hablar de sexo, para las dos un tema muy importante.
Una peli en el jardín del hotel les esperaba, cómo no, junto a unas palomitas que compartirían juntas. Como también iban a compartir a lo largo de la película anécdotas e historias cinéfilas de todo tipo. "Quiero que me beses acá", le decía Verónica, señalando el cuello. Posteriormente, esta última se lanzaba... ¡y Esther le hacía una cobra! "Tú no tienes chispa conmigo...", le confesaba Verónica.
Y efectivamente, en la decisión final, Esther señalaba que a pesar de que quiere seguir conociéndola, le ha faltado esa chispa que se necesita para una relación. Verónica recogía cable: "Luego, cuando noté tu frialdad, se me bajó...". "Siempre nos quedará París", decía Esther, despidiéndose de su cita y poniendo fin a este inusual y anecdótico encuentro de ambas en 'First Dates Hotel'.