La moda de los true crimes ha roto todos los esquemas. El interés por los crímenes ha ido en aumento y ha surgido lo que se conoce como 'tanatoturismo', o lo que es lo mismo, visitar escenarios en los que se han producido violaciones, secuestros, catástrofes o incluso asesinatos.
Es el caso de la habitación de hotel en la que Edwin Arrieta habría perdido la vida a manos, presuntamente, de Daniel Sancho. El complejo turístico en el que se produjo la muerte del médico colombiano ha aprovechado el tirón mediático del caso y el interés generado para multiplicar por 10 el precio de alojarse en la habitación en la que se produjo la muerte.
Nuestro compañera José Ángel Leiras ha realizado un reportaje desde el resort tailandés y ha comprobado en primera persona que el precio de alojarse en dicha estancia ha pasado de 25 a 230 euros. Leiras ha encontrado en los principales escenarios del crimen varios turistas que habían ido hasta allí para estar en los lugares clave del caso: "Es fuerte pensar que en esta playa en la que estamos un español ha tirado los trozos de cuerpo de una persona", explicaba una turista española.
La psicóloga Lara Ferreiro ha analizado en 'Fiesta' en qué consiste este turismo motivado por los crímenes, cómo funciona el cerebro de estas personas que encuentran en estos escenarios placer y cuáles son las características de estos 'turistas de la muerte'.