Santi descubre por casualidad que su padre ha contratado a Nelson en la ferretería, un puesto que él pretendía ocupar para ayudarle.
Muy dolido, va a verle para pedirle explicaciones, Tirso le dice que él no tiene la culpa por las decisiones que ha tomado su hijo, es un pelele que se deja manejar por su mujer.
Su hijo le dice que es porque su padre siempre le ha hecho sentir pequeño y que no vale para nada, por eso, es así ahora. Toda la discusión la escucha Gladys desde arriba, y cuando ve a Tirso le intenta consolar.
Le toca la mano suavemente, algo que Tirso no sabe muy bien cómo encajar. Parece que hay algo especial entre ellos...