Reto APE: cultivar el optimismo, cambiar la forma de ver las cosas y mejorar el ánimo trabajando la gratitud
Un cambio en nuestro cerebro es posible
Una de las claves para triunfar en el cambio es buscar en nuestro interior un hábito o comportamiento que nos haga muchísima ilución incorporar
Plasticidad neuronal: cambiar nuestra mente para cambiar nuestro futuro es posible
La ciencia confirma que podemos modificar nuestro cerebro
Toma nota de estas claves que te permitirán cambiar tu mente y con ello la actitud y cómo no, tu futuro. Recuerda, no hay límite de edad para el cambio. Todo ser humano que se lo proponga puede llevarlo a cabo. Encuentra tu oportunidad, este es el plan de acción que te proponemos:
- ¿Me ilusiona de verdad aprender a ver las cosas desde el lado positivo? Sentirme más animado, dar una mejor cara a los demás? Empezar a ver el vaso medio lleno…
- ¿Estás seguro que esto es lo que quieres conseguir? ¿Tienes claro hasta dónde te gustaría llevarlo y cómo mejoraría tu vida?
- ¿Qué pequeño hábito, pero constante (durante los próximos 21 días) voy a hacer para acercarme a esa meta? Sentir y experimentar la gratitud:
MÁS
- Gratitud ante lo que soy: dedicaré 2 minutos todos los días al despertar, a repasar de dónde vengo, ser consciente de que soy un superviviente, de los retos o avances conseguidos, de lo aportado a mi entorno, de las circunstancias que me han impedido crecer más pero que ahora sé que puedo cambiar. He llegado hasta aquí y ¡todavía puedo mejorar! ¡gracias por ello!
- Gratitud ante la gente que me rodea: dedicaré 2 minutos todos los días al despertar a pensar en la gente que me acompaña en el camino, mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, la gente que me aporta, que me enseña aunque me haga sufrir, que me ofrece su cariño, su ayuda, incluso su amor incondicional. ¡Siente la gratitud por todos ellos!
- Gratitud ante lo que me ocurre. dedicaré 2 minutos todos los días al despertar a agradecer por todas las experiencias que me ocurren en el día a día, las buenas porque seguro son el premio que merezco por mi buen hacer y las malas, porque me recuerdan aspectos que aún debo aprender o que simplemente me recuerdan que no todo depende de mi, ni está todo en mi mano. Gracias por lo bueno y por lo que me invita a crecer.
Con este sencillo hábito podemos pasar de ser personas pesimistas y desanimadas a ser personas optimistas, positivas y animadas. No es difícil, sólo se trata de repetir y repetir. Nuestro cerebro es muy agradecido y notaremos los cambios en pocos días.
Recuerda que a nuestro cerebro le cuesta cambiar un hábito, pero también está preparado para aprender uno nuevo, y esto es formidable, sobre todo si el aprendido nos causaba daño.