El capítulo 5 de ‘En el nombre de Rocío’ llega bajo el título de ‘Que no se te olvide que yo soy Ortega Cano’ e inicia en el año 1992, fecha en la que Rocío Jurado inició una relación con el torero. Rocío Carrasco recuerda durante esos años se llevaba muy bien con José, que le parecía “un tío sano, divertido, que se comportaba” pero, todo cambió. La hija de Rocío Jurado destapa que su madre no era feliz y que se quería separar de Ortega Cano.
En ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, Rocío Carrasco llegó a decir, sin entrar en detalles, que la boda de su madre junto a Ortega Cano “no fue una decisión acertada”. Ahora, llega el momento de que explique por qué: “Creo que no lo fue porque ella, durante el matrimonio, ha sufrido mucho. Creo que José no supo valorar a la mujer que tenía, con la que se había casado y creo que, en determinados momentos, él no se ha comportado correctamente”.
Rocío ha vivido cosas puntuales que no quiere detallar, pero confiesa que, de las cosas que no ha presenciado, es conocedora porque su madre le ha dejado escritos donde le hace participe de la situación que vivía la artista en su matrimonio: “Ella era muy dada a dejarme notas en sitios. Ella se encargó, en vida, de contarme y de hacerme partícipe de todo lo que no he vivido. Ella decidió un día: ‘no puedo más, me quiero separar”.
Ortega Cano era consciente de que Rocío se quería separar, no sería porque no se lo diría veces. "Yo no quería verla infeliz, verla sufrir, no se lo merecía. Era una mujer que lo había dado todo en esa relación y me parece que no se merecía las situaciones que se generaban y se daban. Se hubiese merecido vivir de otra manera, haber sido feliz y haber vivido sus últimos años felices".
Se le pregunta a Rocío si eso que cuenta lo sabía la familia y Rocío insiste en que “lo han vivido incluso más que yo” y considera Rocío que podrían haber hecho más por protegerla. Ella hizo lo que pudo en su momento, con las pocas fuerzas que tenía debido a la situación personal por la que estaba atravesando. No es capaz de entender cómo la familia aprobó la separación de Pedro Carrasco y no apoyó a la cantante cuando quiso separarse del torero. En este sentido, Rocío cree que a la familia “no le interesaba” que se produjera esa ruptura: “No meto aquí ni a Amador ni a Rosa. Te hablo de Gloria Mohedano”.
Rocío Carrasco recibe el apoyo de Ana Jurado (prima de la artista) y María Teresa Campos, que secundan sus palabras: “Le hacía sufrir, ella se iba a separar. Nadie se arrepiente de una decisión tomada como es haberse casado, pero si va mal se tiene que poner solución”, dice su prima. Por su parte, la Campos no se quiere mojar tanto, aunque confiesa que la Jurado “no pasó los mejores años de su vida junto a Ortega, pero es lo que creo yo, pero yo no estaba allí”.