María se sentía muy sola en el castillo que su novio británico Charles había comprado para ellos. Eso y la carta que le escribió Arsacio despertaron en ella ciertos sentimientos con los que sentía que debía reflexionar. Lo mismo le ocurría a Cristina sobre su maternidad. Así que María le invitó a desconectar en su castillo y Doña Emilia directamente se apuntó a la fiesta de las chicas.
Desde que llegó a Peñafría, Cristina se sentía muy presionada por Martín para tener su primer hijo. Se mudaron al pueblo, en teoría, para estar más relajados y conseguir concebirlo. Sin embargo, la dentista no tiene del todo claro que quiera ser madre. "Buscar un bebé es como morirse en vida", le confesó a sus nuevas amigas María y Emilia.
"Yo creo que le voy a pedir un tiempo al Charles", reveló entonces María. "Yo no sé si estudiar una carrera. No quiero estancarme de recepcionista", sorprendía entonces Emilia. Las tres acabaron criticando a los hombres por arruinarles la juerga y Cristina enseñó a Emilia y a María jugar al 'Yo nunca'.
El 'inocente' juego acabó desatando las confesiones más íntimas de Doña Emilia y una actitud despreocupada muy poco propio de ella.