Amaya regresó a Peñafría después de que Juanjo se las ingeniase para que lo hiciera. Cuando la actriz y presentadora de la teletienda, su exnovio le hizo creer que había recuperado todo el estatus perdido tras su periodo en la cárcel. Sin embargo, Amaya empezó a ver movimientos sospechosos con Laura y al final descubrió por Pelayo la verdad.
Juanjo le había dicho a Amaya que era dueño del hotel rural de Peñafría y Laura aceptó seguirle la corriente a cambio de que pagase las habitaciones que estaba disfrutando. Cuando Amaya les vio cuchicheando, sospechó que podían estar liados así que le preguntó al hijo de Juanjo. Pelayo le acabó revelando que su padre no era el dueño del hotel.
Amaya no se lo pensó dos veces y tomó rumbo a coger el autobús dirección Madrid. El empresario la siguió intentando convencerla de que se quedase. Finalmente le contó su plan de comprar las tierras de 'El Ovejas', que se revalorizarán próximamente con el proyecto secreto del alcalde de San Pedro.
Amaya no quiso escucharle, pero la cifra de más de dos millones de euros captó su atención. Y, aunque muy enfadada con Juanjo, decidió ayudarle en su plan a cambio de una condición.