Los testigos del asesinato de una niña de 14 años en Oviedo hablan en 'El programa de Ana Rosa'. Detienen a un vecino de la menor que estaba junto al cuerpo de la víctima en su vivienda y se había atrincherado en el baño, donde se estaba autolesionando. En el rellano, el hermano de la pequeña encontró un reguero de sangre que le condujo hasta el piso del vecino moldavo de 31 años. La policía se vio obligada a entrar en el domicilio a través de una ventana que daba al patio interior del edificio.
El detenido perdía mucha sangre y presentaba varias cuchilladas auto infligidas en las manos, tórax, cuello e incluso en la cara. Fue trasladado de urgencia al hospital, donde tuvo que ser operado y continúa en la UCI. Erika, la víctima, tenía varias puñaladas en el cuerpo y murió en los brazos de un agente de policía. Vivía en el edificio con su familia de origen ecuatoriano, que no da crédito ante los sucedido. La tarde de su fallecimiento, llamó al telefonillo de su casa y subió por las escaleras, donde fue asaltada por su vecino.
El presunto asesino vivía de alquiler en el edificio desde hacía apenas dos semanas, estaba obsesionado con la menor y casi nadie le conocía. José y Lucía, dueños del bar enfrente del lugar de los hechos, cuentan cómo vivieron el suceso: "Sobre las tres de la tarde vimos llegar coches de la Nacional, ambulancias y un taxi lleno de médicos que subieron corriendo". Además, explican que recibieron distintas versiones antes de saber lo que realmente había pasado: "Al rato vimos cómo lo sacaban totalmente tapado y lo metían en la ambulancia".
"La familia de la niña lleva 20 años viviendo aquí, son muy agradables", comentan los testigos, que también añaden: "Estaban viendo la escena desde la ventana". Por otro lado, hablan del detenido: "No lo conocíamos, pero ayer su vecino nos comentó que solo lo vio cuando alquiló el piso, no se oían ruidos en la casa".