Aintzane, mujer donostiarra de 32 años fue asesinada la noche de fin de año y su cuerpo fue hallado junto al río Urola, en Aizarnazabal, Guipúzcoa, con al menos seis puñaladas. Estaba alojada en una casa rural en este municipio de Guipúzcoa, que la Ertzaintza, tuvo que intervenir por una fiesta ilegal con al menos 20 personas, que ella misma había alquilado.
El día 1 de enero, su novio, que no estaba en esa fiesta de esta chica daba la voz de alarma, denunciaba su desaparición, hasta que tres días después se encontraba el cuerpo con signos de violencia: tenía la cara sobre la tierra, en cuclillas, boca abajo, con los pantalones semi bajados y al menos seis puñaladas. Las autoridades iniciaron el protocolo de desaparecidos tras ser alertados por su propia pareja y es que Aintzane estaba de fiesta con unos amigos y no contestaba al teléfono ni a los mensajes, y finalmente el cadáver fue descubierto por unos operarios que se encontraban limpiando una zona rural.
Además, las autoridades se encontraron en la zona un jersey pequeño de color rojo y una cinta de embalar, que creen que podría haber sido usada a modo de brida. Aunque no va a ser fácil encontrar muchas más pruebas y es que las fuertes lluvias y el constante paso de vehículos han borrado los indicios que pudiera haber en la zona.