La familia del parricida de Elche cuenta sus sospechas en 'El programa de Ana Rosa'. El último adiós a las tres víctimas del chico de 15 años, los padres y el hermano de 10 años del tirador fueron enterrados el pasado 14 de febrero tras la escalofriante confesión del menor.
La sorprendente frialdad del joven ha concluido con su ingreso en un centro de menores de Valencia mientras cierra la investigación del impactante caso. El acusado estaba castigado tras suspender cinco asignaturas, en su testimonio para la policía confesaba: "Mi madre me dijo que era un vago y que me iba a quitar la consola. Subí a mi habitación, me puse a pensar y cogí la escopeta".
El martes 8 de febrero, el joven de 15 años decidía asesinar a su familia. En primer lugar fue a por su madre: "La disparé por la espalda cuando estaba en la cocina y luego la rematé". Después, su hermano: "Intentó escapar pero lo cacé antes". Y por último, esperó tranquilamente a su padre durante "cuatro o cinco horas y le disparó al llegar".
Una vez cometidos los asesinatos, el chico apiló los cuerpos en un cobertizo. Además, limpió la escena, se duchó, se hizo la cena y estuvo jugando a la consola durante tres días hasta que fue descubierto. La familia asegura que, aunque no saben qué ocurrió exactamente, la decisión del menor "no es de hoy para hoy, le tenía que pasar algo para meditar de esa manera". Se encuentran completamente rotos e incluso se apreció la presencia de personal sanitario en el funeral de las víctimas.
Un familiar del parricida no se explica cómo pudo ocurrir algo semejante: "Si tú discutes con una persona no lo vas a matar, está claro, eso se queda en el tintero". Además, el hombre continúa: "Después hay otra discusión y después otra, y se llega al punto que se ha llegado". Por otro lado, habla del menor: "Era un personita buena, bien educado, nadie se lo espera".