'El programa de Ana Rosa' se traslada a Alcobendas, Madrid, con la reportera Mar Guerrero para conocer todos los detalles acerca del desalojo de 60 familias okupas que vivían en cuatro bloques de viviendas desde hacía 13 años.
A las cuatro de la madrugada de este viernes 2 de junio se ha desplegado el dispositivo de 250 agentes de la policía nacional, antidisturbios, pero también agentes de la policía municipal. Y además se han colocado dos dispositivos, uno de protección civil y otro de mando avanzado, para dirigir todas las operaciones.
"Desde las siete de la mañana están desalojando vivienda por vivienda. 180 menores que, según las familias, no tienen otra alternativa habitacional", declara Mar Guerrero, que ha realizado una conexión desde los bloques preparados para ser desalojados en Alcobendas.
Además, se han podido observar en el programa algunos momentos de tensión por parte de los desalojados de estas viviendas donde estaban desde hacía 13 años de forma ilegal. Se ha podido ver a una mujer por el suelo, varios encapuchados que apartaban a las cámaras de forma violenta y la reportera ha declarado: "Aseguran que no tienen otra opción porque se les notificó del desalojo el pasado lunes".
Mar Guerrero ha podido entrevistar a dos vecinas afectadas por estos desalojos, Luisa y Paula. La primera es una señora de 46 años que asegura que no ha tenido otra opción: "Pedimos un alquiler social, empezamos a hacer las cosas bien. Pero pagamos justos por pecadores, yo cobro una ayuda de 480 euros y me despidieron de la casa donde limpiaba por 20 euros". Y la mujer okupa añade: "No somos delincuentes, que de verdad intentamos hacer las cosas bien pero no podemos. Voy a ir a los servicios sociales".
Tras las declaraciones de Luisa, una realidad de personas vulnerables que no tienen donde ir, la reportera habla con Paula, una chica joven que también ha sido desalojada este viernes y que explica cómo la realidad de las plantaciones de marihuana, la basura y los vecinos problemáticos no es la misma que la suya: "Nos han tratado de muy malas formas, han pegado a un menor. Es un poco inhumano". María le pregunta: "¿Os consta que había vecinos problemáticos?". A lo que la okupa responde: "Esa gente vive en otros edificios, se metió porque sí. No teníamos trato con ellos". "En ningún momento nos han dado un alquiler social, lo hemos pedido y siempre lo han negado", cuenta Paula.