El reportero de 'El programa de Ana Rosa' realiza una conexión desde la Bonanova, barrio de Barcelona, para contar en qué situación se encuentra la polémica del edificio okupado. Además, entrevista a Pilar, una vecina que detallará todo lo ocurrido hasta ahora y cómo se originó el conflicto.
"Evidentemente a nadie le gusta vivir con la suciedad , lo que implican estos edificios, estos chicos y sus aspectos", empieza diciendo Pilar ante la cámara. Sin embargo, la vecina es clara ante la audiencia: "Estos okupas llevan desde 2016, es cierto que hasta hace un mes y medio no había conflictos con los okupas, convivíamos con ellos, hacian cola contigo en la cola de la compra, no había ni siquiera increpancias".
"Que yo sepa no, no conozco abslotamente a nadie al que le hayan robado y jamás habían lanzado algo a las ventanas", sentencia. Sin ebargo, la vecina matiza: "Eso no quita que no nos gusta su presencia, pero el problema aquí se ha convertido en algo político, la justicia debe actuar, ni queremos okupas ni queremos bárbaros que vengan a intentar cargare a los okupas".
"Es verdad que salen con hachas a defenderse lo que tiran otros... creo que los políticos están trayendo a todos los radicales de uno y otro lado, es lo que vivimos en esta plaza desde hace un mes y medio", concreta la vecina al reportero.
Pilar vuelve reiterar que hasta que estalló este conflicto, la convivencia con los okupas era "poco agradable, pero correcto, todo cambia cuando se enciende al público en general y eso lo provoca las elecciones que vamos a tener a finales de mayo".
"Todos los políticos quieren sacarle partido a ese tema, el tema de la vivienda está ahí, son los propios políticos que provocan una serie de manifestaciones todos los martes, los que nos hacen la vida desagradable, detrás de ellos vienen mucho radical, de ambos lados, y eso nos hace una vida incómoda y desgradable". , matiza la vecina ante Joaquín Prat.
Además, por si hubiese dudas, recalca: "El 80 o 90% de los vecinos estamos en nuestras casas viéndolo desde nuestros balcones". En cuanto a cómo empezó el conflicto con los okupas, añade: "Por las noches, a altas horas de la madrugada, vienen chicos con muy buenas pintas, no se quitan el casco, no se bajan de la moto y le tiran unas piedras grandes, les insultas y les gritan... los okupas no son unos niñatos ni gente tranquila, en seguida se encienden, contestan y cuando se cansan han bajado con hachas, palos y tirado de todo".