‘El programa del verano’ entrevista a Agapito Fernández, ganadero, para hablar sobre la polémica en torno al turismo rural. A los visitantes les molestan y algunos ayuntamientos prohíben tareas habituales del campo.
Se muestra un cartel que viene muy en relación con el tema en el que se ven las siguientes palabras: “Las iglesias tienen campanarios que funcionan. Los gallos son nuestro despertador rural. Las vacas llevan campanos que hacen ruido. Nuestros animales cruzan las calles y las carreteras sin avisar. Los ganaderos y agricultores están trabajando para garantizar alimentos a la sociedad. Cuando se abona para fertilizar los campos huele mal. Recuerde que está en el medio rural respete nuestras costumbres, cultura y tradiciones”.
La primera intervención del entrevistado es tajante: “Por suerte no me han limitado nada las actividades turísticas, en esta zona hay cada vez más visitas y estamos viendo que quieren un turismo rural, pero quieren convertir los pueblos en ciudades, tenemos que buscar equilibrio”. La presentadora pregunta a Agapito sobre las quejas habituales de los turistas, a lo que responde: “Hay de todo, la base del turismo rural es ir a un pueblo y esas zonas hay una forma de vida que se mantiene a lo largo del año y no podemos adaptar una forma de vida a gente que viene”.
En adición a esto, lanza un dardo a las personas que se quejan: “Solo escuchamos protestas de gente que viene a los medios rurales, pero cuando nosotros vamos a las ciudades no nos quejamos, entendemos que el turismo es bueno para nosotros y nos vamos adaptando poco a poco como estamos haciendo con el abono”. Por último, Agapito defiende a la España rural: “Cuando vienes a una zona así es porque hay un entorno bonito que la gente de los pueblos ha ido trabajando, si vas a un sitio no puedes cambiarlo”.