Debido a su enfermedad, Don Alejandro tiene un grave episodio en el que casi se desmaya, así que le hacen guardar reposo. Por ello, pide en confianza a Francisco Picazo, capataz del cortijo, que le lleve los libros de cuentas de 'Los Galindos'. Él acepta la misión pero no puede evitar echar un ojo y termina enterándose de la verdad.
Picazo rehúye una vez a Don Alberto, el contable implicado en esta trama secreta junto con 'El Marqués' y el director de la Caja de ahorros de Paradas, Don Joaquín, y consigue hacerse con los libros de cuentas en su segundo intento. Una vez en casa, al capataz le da por revisarlos y se da cuenta de que las cifras ni cuadran ni coinciden. Además, Picazo acude al banco y se inventa que Don Alejandro le ha pedido que le saque un extracto de su cuenta bancaria. Con ello descubre otra cosa aún peor: han desplumado a Don Alejandro.
Incrédulo, Picazo le pide a su mujer Rosita que ella también eche un vistazo a todos los documentos que están en su posesión, pero la trabajadora del cortijo dice no entender nada de lo que está leyendo. Su marido se lo explica: "Las cuentas no cuadran y lo peor es que Don Alejandro está sin un rehén. Con razón no se fía de nadie. Le están robando", sentencia.
Rosita pregunta por quién puede estarlo haciendo y Picazo lo tiene claro: "Don Alberto. Pero seguro que no se atreve a hacerlo solo. Esto es culpa de 'El Marqués", sentencia. A pesar de que Rosita intenta apaciguarle y da un voto de confianza al yerno de Don Alejandro, Picazo está convencido de su teoría y decide ir a contárselo todo al propietario del cortijo. Faltan tres días para que en 'Los Galindos' aparezcan cinco personas asesinadas.