Hace semanas que Azhar se volcó en sus investigaciones con el objetivo de ayudar a Carmen a encontrar a su hijo. La policía consiguió incluso convertirse en la profesora de árabe de Lila, hija de Ulahabi, para tratar de averiguar algo sobre el paradero de Pablo. Cuando confesó al inspector Abad el trabajo que había estado realizando y los avances que había logrado, Santiago decidió asumir el caso.
Aunque no fue tan simple como parece. El inspector se sintió decepcionado con Azhar y le encargó una complicada misión para recuperar su confianza y dar un paso al frente en la búsqueda del joven: tendría que hacerse con la tarjeta del móvil de Lila, quien ya le había mostrado anteriormente fotos del hijo de Carmen refiriéndose a él como "hermano".
Dicho y hecho. Azhar consiguió la tarjeta y, tras el trabajo del equipo de internet, han conseguido el objetivo: saben dónde se encuentra Pablo y cuál es su número de teléfono. Está en Doha, Qatar, y gracias al haber logrado su contacto, Carmen se dispone a mandarle un mensaje.
“Pablo, hijo, soy mamá. Bueno, Carmen, tu madre. Espero que no me hayas olvidado, mi vida. No sé qué es lo que te habrán contado, pero no he dejado de buscarte ni un solo día desde el momento en que te arrebataron”, comenzaba. “Te quiero, no te he dejado de querer ni un solo día, mi amor”.
En efecto, Pablo recibe y visualiza el mensaje, o mejor dicho, el vídeo que Carmen le envía. Pero esto no tarda en llegar a oídos de Ulahabi: “Señor Ulahabi, ha recibido una llamada de una señora que dice que es su madre”.