Desde el primer momento en que se vieron, algo surgió entre ellos. Día a día, Castro y Sebas se han estado viendo mientras trabajaban en las investigaciones de las desapariciones del pantano. La conexión entre ellos era evidente, pero ninguno de los dos se atrevía a dar un paso más.
Tras varias conversaciones y después de asegurarse preguntando a Sonia si Sebas estaba libre, Luz decide lanzarse a pedirle una cita. Sebas recibe su llamada y acepta sin dudarlo. Era la primera vez que iban a verse fuera de la zona de trabajo.
Después de pasar un rato juntos, Sebas y Castro ponen rumbo a la casa del policía. Antes de entrar, hacen una pausa. Preso por los nervios, Sebas no paraba de hablar, hasta que Castro ha tomado la iniciativa: “Estoy muy contenta de estar aquí, te voy a dar un beso”.
Y, finalmente, se besaban dejando fluir lo que llevaban sintiendo durante semanas. Sebas optaba por entrar dentro, pero al abrir la puerta se encontraba una inesperada sorpresa: sus hijas y su exmujer había vuelto sin previo aviso.