Hace un tiempo Azhar comenzó a realizar diversas investigaciones fuera de su puesto de trabajo y a espaldas del inspector Abad. Con la mejor de sus intenciones se hizo pasar por profesora de árabe de Lila, hija de Ulahabi, con el objetivo de brindarle su ayuda a Carmen y avanzar en su lucha por encontrar a su hijo.
Pero todo comenzó a complicarse con el guardaespaldas de la familia, que optó por perseguir a Azhar en varias ocasiones y ponerla contra las cuerdas. Tanto, que finalmente decidió confesar a Santiago lo que venía haciendo desde hacía varios días.
El inspector se mostró absolutamente decepcionado. Pero, finalmente, y tras un giro en sus pensamientos, decide asumir el caso, siempre bajo su supervisión. Y, en vistas a afrontarlo, hace un primer y arriesgado encargo a Azhar: encontrar un momento en una de sus clases a la hija de Ulahabi para sacar la tarjeta de su teléfono y meter una nueva que les permitiera averiguar nuevos datos sobre Pablo.
Ella acepta y él le lanza una advertencia: “Me has puesto en una situación muy complicada. Y no solo a mí, a ti también. Quiero que te pongas con el teléfono ya. Hoy mismo. Azhar, estás a prueba”. Azhar le responde sin dudas: “Voy a hacer lo que sea por que vuelvas a confiar en mí”.
Así que, sin pensárselo dos veces, Azhar se cuela una vez más en casa de Ulahabi para cumplir su misión. Aprovechando que Lila va al baño saca la nueva tarjeta y hace el cambio en su móvil. Pero, sorpresa, su hermana le pilla con las manos en la masa.