Después de lo ocurrido con la resolución del caso de Lidia, todo ha dado un giro de 180 grados en la Unidad de Desaparecidos. Spider, sicario de los hermanos Reyes, resultó ser un policía infiltrado de la Unidad de Estupefacientes que llevaba más de un año trabajando para hacerles caer.
Su nombre real es Rubén Ramallo y, después de que su operación quedara destruida, sus superiores han optado por moverle a Desapariciones. Algo que, por el momento, no es de gusto ni de él ni de ninguno de los integrantes del equipo, especialmente de Sonia.
Además, sus primeros pasos e intervenciones ante los nuevos casos de desapariciones no están siendo del todo acertados. Tanto, que Santiago Abad no puede evitar mantener una conversación a solas con él.
“Mira, Ramallo, yo sé que tú no quieres estar aquí. Y a mí, si quieres que te diga la verdad, tampoco me hace muy feliz la idea de tenerte aquí en la unidad, pero aquí estamos, tú y yo. Mientras tanto, eres uno más”, comenzaba.
El nuevo integrante iba a tener que encargarse, junto a Ledesma, del caso del novio desaparecido en el día de su boda. Su primera y única hipótesis es que “ha huido para no casarse”, algo que provoca el enfado de Abad. “Joder, Ramallo, no tienes ni put* idea de cómo trabajamos aquí, pero no te preocupes, ya lo irás descubriendo poco a poco”.