El equipo de Santiago Abad recibe una nueva denuncia. Un joven busca ayuda tras la desaparición de su abuelo, Augusto Müller Rojas, que salió de casa tras una trifulca con su madre y después no volvió.
Tiene 76 años y antes de salir por última vez de la vivienda dijo ir a un bar “a cantarle las cuarenta a su yerno”. No está ingresado en ningún hospital y no tiene ni móvil ni ordenador personal.
Los integrantes de ‘Desaparecidos’ se ponen manos a la obra y, además de hablar con el nieto, también lo hacen con los ya mencionados hija y yerno. Comienzan a colgar carteles y revisan todas las cámaras que pudieron verle el día de su desaparición. Poco a poco, cada vez se acercan más a su paradero.
Augusto sufrió un leve atropello y entró a una tienda a recuperarse, tienda en la que bebió agua y optó por fumar marihuana. El dueño del local poseía dos plantas para consumo propio.
Los movimientos de su tarjeta, así como el registro de llamadas desde su teléfono fijo, hacen posible que el equipo dé con su paradero. Se gastó una importante cantidad de dinero en comprar un saxofón y su “amiga entrañable” confiesa que tenía un sueño: dejarlo todo y volver a tocar.
Tras unir todas las conexiones obtenidas consiguen llegar hasta él. Pero ¿en qué condiciones aparecerá? ¿Habrá sufrido algún tipo de daño a lo largo de los días en los que ha estado desaparecido?