Mari Ángeles busca a su madre biológica. Haca tan solo un año, a los 53 años de edad, se enteró tras décadas de silencio de que fue una niña adoptada: “Yo no quiero cambiar mi vida, pero sí que quiero saber de dónde vengo”.
Su infancia fue feliz, como la de un niño normal, una infancia en la que el cariño y la buena educación guiaron su vida. Cuando se hacía mayor, a los 28 años, se queda embarazada de su primer hijo y fue ahí donde comenzaron a surgir las primeras dudas.
La madre de Mari Ángeles le preguntaba a su madre por el embarazo y las respuestas eran escuetas. Tampoco llegó a tener respuestas claras cuando quiso saber por qué ella nació en Toledo si ella siempre había vivido en Madrid. Investigando en el registro de nacimientos Mari Ángeles descubrió sin apenas poder creerlo que era adoptada: “En mi partida de nacimiento estaba escrita en un margen la palabra ‘adoptada”.
Tras armarse de valor, Mari Ángeles decide ir a hablar con su madre adoptiva: “Yo fui a hablar con ella con mucha rabia, pero en ella todo fueron sentimientos, me lo contó todo y me dijo cosas muy bonitas”.