En esta sección de la entrevista de Ángel Cristo, titulada ‘El infierno en casa’, el hijo de Bárbara Rey y Ángel Cristo narra los duros momentos que vivió de pequeño cuando sus padres vivían juntos, el juicio en el que las autoridades dieron la custodia a su madre, la presencia continua de drogas en su casa y los abusos que sufría en el colegio a causa de las publicaciones sobre su familia en los medios de comunicación.
Desde el principio de la entrevista, Ángel Cristo recalca que su “madre no era mujer de circo y que quizás era demasiado moderna para ese ambiente”.
Sobre la casa de La Moraleja en la que viven de pequeños no tiene ni un solo buen recuerdo: “La casa de la Moraleja es un infierno: peleas, gritos, objetos voladores. Eso es lo que yo recuerdo de esa casa, mucho miedo”.
Ángel Cristo se acuerda de una fuerte discusión que tuvieron sus padres, en la que corrió la sangre: “Hubo una discusión muy fuerte durante una comida y mi padre reventó una botella de vino contra la mesa de mármol, se clavó todos los cristales en la mano y empezó a salir sangre a chorros, que llegó hasta el techo. Se puso a insultar a mi madre, echándole la culpa”.
Pero no es el único trágico episodio entre sus padres que Ángel presencio de pequeño: “Agarrones, alcohol, drogas, mala gente. Al principio el miedo es que no maten a tu madre. El problema del por qué, cuándo y cómo no se decirte. Yo lo que sé es gritos de “puta, te voy a matar, zorra”. Llega a las manos y la acaba echando de la casa, arrastrándola por toda la casa de los pelos hasta la calle. Él dijo que a las putas no hacía falta abrigarlas”.
“Está muy bien que ahora a las mujeres se las defienda y se las ayude, porque en la época de mi madre no se le ayudó nada”, recalca Ángel Cristo sobre la falta de apoyo en la que se vio su madre.
El hijo de Ángel Cristo y Bárbara Rey prosigue relatando cómo fue el momento en el que el y su hermana, Sofía Cristo, se quedaron a vivir con su padre y todo lo que supuso: “Mi padre echa a mi madre de casa, nos quedamos a vivir con mi padre. Mi padre empieza a vivir en una espiral de autodestrucción. Mi padre está trabajando en el circo y cuando no estaba en el circo, estaba en casa drogado y borracho. En casa había drogas, alcohol, prostitutas. Nosotros no cogimos piojos en el colegio, los cogimos en casa”.
“Cuando tengo 7-8 años, ya me empiezan a explicar que “papá toma una cosa blanca que no es buena, que es malísima”. Mi padre era muy descuidado y dejaba restos de cocaína en el baño. Y el miedo de mi madre era que tocáramos algo, nos lo metiéramos en la boca. Que tampoco era muy coherente, porque nos decía: “si no sabéis lo que es, tenéis que tocarlo con la puntita de la lengua y si se os duerme, es cocaína, es malísimo. Eso malo”, relata Ángel sobre las drogas.
Cristo también relata el momento del juicio en el que tanto él como su hermana Sofía Cristo tuvieron que explicar que querían irse a vivir con su madre y que Bárbara finalmente consiguió la custodia.
“Cuando eres un niño, el malo era mi padre. Te haces mayor y empiezas a ver que tu madre empieza a contar lo que ha sido su vida. Hablo de los 90. Yo iba al colegio, tenía compañeros, profesores. Estábamos en las revistas todos los días. La prensa era salvaje. No había protección del menor, todo valía por una imagen o una declaración”, narra Ángel sobre la exposición en los medios de comunicación a la que se vio sometido durante su infancia.
Cristo también relata que sus compañeros le preguntaban sobre polémicas declaraciones de sus padres y menciona una de las portadas de una conocida revista que protagonizó Bárbara Rey: “No es fácil que te digan que se hacen pajas con fotos de tu madre”.