Uso y abuso del móvil en menores: “Hay que hacer campañas de prevención, como antes hubo de heroína o cocaína”
Los colegios y los padres de la localidad de Greystones (Irlanda) han tomado la decisión de prohibir que los niños tengan un 'smartphone'
Expertos urgen para que en España se legisle ya: "Hay que poner leyes de control y gestión de las tecnologías para proteger a los menores"
"Es preciso desarrollar campañas de protección y de prevención financiadas por el gobierno para cortar esta epidemia"
La noticia de que un pueblo irlandés ha prohibido que los niños usen teléfonos móviles hasta secundaria está causando mucho revuelo. El uso y abuso de estos dispositivos es tema de debate prácticamente en todo el mundo, sobre todo en los países desarrollados donde los menores tienen acceso a los smartphone desde edades cada vez más tempranas.
Los especialistas coinciden en que el uso de los móviles por los niños durante largas horas al día perjudica su desarrollo normal y les ocasiona problemas de conducta, trastorno de sueño e incluso problemas de depresión infantil y ansiedad, con riesgo de generar adicción en casos extremos.
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"El 90% de los adolescentes que tratamos tienen algún problema de adicción al teléfono", reconoce Esther Gonzalo, psicóloga de Desconect@, un programa psicoeducativo que ayuda a los menores con adicción a las nuevas tecnologías y con otro tipo de trastornos, alimentarios, de conducta o de malestar emocional general. "Alrededor de un 60% vienen por problemas concretos de abuso o adicción a las tecnologías, pero en el resto, que llegan con patologías como depresión, ideación suicida, autolesiones o adicciones variadas, en cuanto rascas un poco ves que una de las causas que hay detrás de su problema es el mal uso del móvil y las redes sociales. La realidad es que es muy muy raro, por no decir prácticamente imposible, encontrar un caso en el no haya alguna problemática con las pantallas y sea necesario poner pautas para el uso de las tecnologías", destaca.
Legislar sobre el control del uso del móvil
Lo sucedido en la localidad irlandesa de Greystones es, para esta experta, una excelente noticia. "Me da cierta esperanza en la humanidad", comenta. Aunque la iniciativa de eliminar la telefonía móvil de las manos de los más pequeños tiene allí un carácter voluntario, la medida ha sido adoptada por todos, familias y centros educativos.
"Me parece un primer paso hacia la legislación, que sería lo necesario, porque nos estamos enfrentando a una problemática social enorme para la que no se están destinando demasiados recursos a nivel público. Las familias que se encuentran con la adicción de sus hijos a los dispositivos móviles tienen que buscar ayuda en centros privados. El primer paso sería poner más medios para solucionar el problema real que existe y que ya no se puede evitar y el segundo sería trabajar en la prevención, y probablemente esta prevención tiene que pasar por poner leyes de control y gestión de las tecnologías para proteger a los menores, te hablo de leyes gubernamentales. Esa debería ser la prioridad", indica Gonzalo.
En esta línea, en Irlanda, el propio ministro de salud se ha pronunciado sobre el tema con un artículo publicado en The Irish Times donde apunta la posibilidad de extender la iniciativa a todo el país: "Creo que deberíamos estudiar alguna forma de este enfoque a nivel nacional en términos de protección de la salud mental de los jóvenes", ha defendido.
"Es que es un problema gravísimo", corrobora la psicóloga española. "En España son urgentes campañas de concienciación. Igual que se hicieron en el pasado campañas para frenar el consumo de heroína, de cocaína, o para evitar la transmisión del sida, se debería hacer lo mismo con el uso de las tecnologías, porque están fagocitando a la sociedad", lamenta. "Es imprescindible desarrollar campañas de protección y de prevención financiadas por el gobierno para cortar esta epidemia", resalta.
"Un arma de destrucción"
La iniciativa de este pueblo irlandés surgió ante la preocupación de padres y profesores que observaron que los pequeños del pueblo estaban siendo expuestos a contenidos no adecuados para su edad, lo que también alimentaba su ansiedad y "acortaba su infancia".
"Es que le estamos dando a los chavales un arma de destrucción", alerta la psicóloga. "para sí mismos y para otros", recalca. "Porque no es solo todo lo que les afecta a nivel de desarrollo en edades en las que se están conformando como futuros adultos y que puede afectar muy negativamente su salud mental, sino también es que es un arma que se usa para atacar a otros. El avance en las tecnologías ha jugado un papel muy importante en el acoso cibernético, en la manera de meterte en la casa de otra persona y seguir acosándola y seguir machacándola", denuncia.
"Y también está, claro, el riesgo de abuso que supone para los menores. Nos estamos encontrando muchísimo acoso y muchísimos riesgos a nivel sexual, a nivel de pederastia, por la falta de supervisión que muchas veces los jóvenes tienen de sus redes sociales", advierte. "El móvil, la tableta, facilitan contactos con personas que no sabes ni qué edad tienen porque se esconden detrás de las redes y además les da un acceso a la pornografía en edades bajísimas. El último informe de UNICEF marcaba los 8 o 9 años como edad de inicio de consumo de pornografía. Es terrible porque esto deja una huella importante en chavales que se educan en el ámbito sexual a través de unas imágenes tremendamente hostiles y cosificadoras de la mujer en términos generales y que no reflejan la realidad. Las consecuencias son nefastas para el correcto desarrollo de su sexualidad"
Edad apropiada para tener un teléfono móvil
Según los últimos informes, en España el 75% de los niños de 12 años cuenta con un teléfono móvil de última generación, incrementándose al 95% entre los jóvenes entre 15 y 17 años de edad. Sin embargo, pese a esta realidad, los expertos alertan que la edad recomendada para tener un móvil propio son los 16 años.
"Es difícil dar una edad cerrada, porque depende de cada niño, de lo responsable que sea, de su nivel de autonomía, de si tiene otras aficiones fuera de los dispositivos electrónicos...", avanza Gonzalo, "pero sí que hay unas leyes que nos indican la edad mínima de uso de ciertas aplicaciones como Instagram, TikTok, WhatsApp, que en la mayoría de ellas son los 16, excepto WhatsApp, que son 14, y eso no está dando una indicación de a partir de qué edad debería poder usar el teléfono un menor. Podríamos marcarla entre los 14 y los 16 años. Yo soy más proclive a los 16".
"Sé que es complicado, pero es esencial no sucumbir a la presión de los hijos, al típìco “¡es que todos mis amigos lo tienen!”, recuerda la psicóloga. "Debe ser una decisión meditada, pensada a fondo para discernir si realmente el hijo está preparado para ello. Los niños no pueden saber si están preparados o no para tener un móvil. Eso solo lo saben las familias, ya que cada hijo es único y, por tanto, cada caso es diferene", recalca.
Suyo, pero no privado
"No podemos entregarles esta tecnología y ya está. Tenemos que enseñarles a usarla, darles unas normas y además supervisar sus dispositivos", destaca Gonzalo. "Lo primero que tiene que tener claro el niño es que puede tener móvil, pero que no es privado. Las familias son responsables legales y deben tener acceso al teléfono porque las responsabilidades del mal uso que haga el menor de él van a repercutir en ellos", informa. Por eso, habrá que vigilar bien que cuide la comunicación, el vocabulario o las imágenes que comparte. Vamos a saber que está haciendo con ese teléfono y asegurarnos de que está a salvo también", sugiere.
En este punto, apostilla la psicóloga que es importante reflexionar sobre temas como la privacidad, la intimidad y el respeto y hablar de los valores que rigen en cada casa." Y hay que valorar si como padres estamos preparados para ayudarles a gestionar la frustración cuando les retiremos el dispositivo, porque hay que retirárselo", recuerda.
Normas de uso del móvil en menores
"Son de sentido común", destaca la experta, "pero a veces se nos olvidan". "Cuando se hacen los deberes el móvil fuera de la habitación. A la hora de dormir, el móvil fuera de la habitación, no conviene utilizar pantallas azules media hora antes de acostarse porque nos activan. Tampoco se pueden tener unas contraseñas que tus padres no conozcan, como te decía antes. Y luego, es necesario controlar las horas de uso. Nosotros creemos que dos horas al día de teléfono ya está bien. Nos hemos encontrado con chavales que lo usan más de 12 horas. Eso es una barbaridad. Cuando llegan a nuestro centro adictos a sus dispositivos les decimos: el día tiene 24 horas, si hay que dormir entre 7 u 8, pasar otras 8 en el colegio, y luego hay que comer, hacer deporte o alguna actividad de ocio, el tiempo que debería quedar para el móvil es muy reducido. Al principio te miran como si estuvieras loca, pero cuando empiezan a desintoxicarse se dan cuenta del abuso que tenían", informa Gonzalo.
"Y hay que dar ejemplo. Tiene que haber momentos de desconexión digital en casa, fomentar los momentos en familia y practicar el 'modo avión'. Es fundamental para desconectar de la red y conectar con tus seres queridos", concluye.